"El cuerpo de Susan fue hallado sin vida en aquella casa estilo holandés, en terribles condiciones de hambruna y encerrada en el sótano de la propiedad, donde sus terribles tías la mantuvieron en cautiverio y sin ningún interés en ayudarla. Las perversas familiares se adueñaron de la casa logrando deshacerse de Susan..."
Ubicada en La Presa número 80A, en Guanajuato, hay una curiosa construcción hogareña que actualmente es propiedad de una empresa hotelera. Pero en 1895 el dueño fue un empresario de origen holandés. Uno mismo puede contemplar la singular arquitectura que hace remontar a una casita de un cuento de hadas, pero las leyendas que se cuentan torna a ella distan mucho de ser un cuento de hadas.
El dueño holandés fue acusado de homicidio, como consecuencia fue apresado. Lamentablemente dejó a una niña, su hija, llamada Susan. La custodia quedó a manos de las tías que vivieron en la casa del empresario pero nunca fue su interés cuidarla. Optaron por encerrarla en el sótano y sin comida.
La tragedia no tardó y Susan fue encontrada sin vida, pero Susan no se fue del todo, una parte de ella permanece en la casa. Algunas noches se puede verla mirar en la ventana del balcón, en la ventana de abajo, sin poder salir de ese lugar, tal como sucedió en el sótano que nunca pudo salir.
A veces en las ventanas aparecen las dos tétricas viejas responsables de la muerte de Susan, esperando a algún incauto a quien invitar adentro y darle vino que en realidad es sangre. Al menos es lo que se dice.
A pesar de que permanece cerrado para el público, hay ocasiones en que algunas personas entran a desentreñar los misterios de la casa o tomarse fotos.
La casa aún existe y puede conocerla, como parte de las leyendas que proliferan en Guanajuato.
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