Ouija, la puerta al más allá

   La palabra Ouija proviene de dos vocablos: del francés Oui y del alemán Ja. Se trata de un tablero con un alfabeto escrito en la parte superficial y una ordinaria de números (del 1 al 0), con las expresiones Sí, No y Adiós. Incluye un indicador o planchette de madero o plástico que tiene un agujero para indicar las letras que elige el indicador o también se puede usar un vaso o una copa de cristal. Se usa para contactar espíritus en sesiones de espiritismo (sin la necesidad de usar un médium o entrar en “trance”) incluso con demonios…


En tiempos remotos, en Arabia se manejaba un sistema de adivinación llamado Zairagia, se ordenaba por letras y números para responder las interrogantes planteadas. Es en el siglo XIX, con el movimiento del espiritismo, surge las “planchettes” que se usaban en las reuniones espiritistas. Las Hermanas Fox usaban una pequeña tabla triangular con un agujero en la parte superior. Se insertaba un lápiz en el hueco y se utilizaba en los procesos de “escritura automática”, es decir, cuando el supuesto médium estaba en “trance” redactaba los mensajes del espíritu. Posteriormente aparece la “tabla parlante”, una modalidad de espiritismo por medio de un tablero. Elías Bond, un abogado originario de Maryland, es el creador original. Solicitó, en 1890, la patente del juguete siendo los cesionarios Charles W. Kennard y William HA Maupin. Kennard creó la compañía donde comenzó a distribuir el tablero parlante y pasó a titularse “Ouija”, asegurando que el nombre provenía de la traducción “Mala suerte” y se remontaba en el antiguo Egipto, aunque nunca mostró evidencia que comprobara esto.

    Bond se mudó a Virginia y fundó su propia compañía “The Swastika Novelty Company” donde desarrolló su invento al que nombró “Nirvana”, puesto que Kennard se quedó con “Ouija”. Cuando murió Bond, su lápida fue diseñada con la imagen de una ouija.

    Kennard tenía la patente hasta que se la vendió a uno de sus empleados antes de ser destituido de la empresa: William Fuld, el capataz que había sido ascendido a supervisor. En 1892 se distribuyó el nuevo tablero de ouija y los medios comunicaron la idea de que Fuld había sido el inventor. Además, Kennard intentó distribuir por sus medios otras ouijas, pero Fuld consiguió evitarlo. Fundó, junto con su hermano Isaac, otra compañía Isaac Fuld & brother distribuyendo más juegos de mesas entre ellos la mesa de billar. Sin embargo, en 1901 la compañía se disolvió por disputas y terminaron separados, cada uno con su propia compañía. Isaac reconoció que el negocio de la Ouija era ambicioso, había muchas ganancias por lo que decidió crear su propia versión llamada Oriole. En sí era la misma ouija de Fuld, solo que en la parte superior se llamaba así. Nuevamente en una disputa que derivó a juicio, las tablas oriole quedaron fuera del mercado. 


   En la actualidad, son diversas las compañías las que distribuyen la tabla ouija como un juego de mesa de adivinación. Tampoco es necesario una tabla para una sesión de ouija, basta con diseñar el alfabeto y las respuestas sí y no. Con ayuda de una copa de cristal se usará como indicador para recorrer las letras previamente colocadas en forma circular.

   Para tener una sesión, es necesario colocar la tabla sobre una mesa o sobre las rodillas, colocar la guía en medio del abecedario. Las velas no son necesarias, aunque pueden ser efectivas. Se pide concentración por parte de los jugadores, mantener su conciencia limpia de cualquier pensamiento prejuicioso y pensar en el espíritu de algún familiar o conocido. Se deben realizar preguntas que requieran respuestas breves y concisas, pues de lo contrario será inútil el resultado. El contacto es débil, se puede empezar con “¿Algún espíritu desea contactarse con nosotros?” Se debe tener paciencia y repetir el proceso.  Cuando los movimientos del indicador aumenten se puede realizar preguntas que exijan respuestas más largas. Cuando finalice la sesión se debe despedir del ente, de lo contrario el ente permanece presente con usted.

    Como todo juego se compone de reglas:

  1. No use la ouija en un cementerio
  2. Evite jugar a solas
  3. Mantenga el respeto, ante todo, evitando desafiar al espíritu
  4. Procure no pedirle al espíritu que de muestres de señal, limitándose solo los movimientos del indicador
  5. Nunca pregunte cuándo morirá
  6. Debe tener conciencia de que cualquier espíritu puede ponerse en contacto a través de la ouija, incluso un demonio.

   A lo largo del tiempo se han relatado anécdotas asociadas con la ouija, que va desde fenómenos sobrenaturales, posesiones diabólica,s hasta muertes. Con la historia de origen, queda en claro que el invento de la ouija fue con la intención de competir contra las personas que organizaban reuniones espiritistas. Pareciera que el ocultismo ha sido el negocio de algunas personas.

   El anhelo del ser humano por conocer la vida después de la muerte nos habla de una resistencia o negación a que la vida culmina, como si fuera la inmortalidad deseada. Al mismo tiempo se aborda el tema del duelo, el resistirse a pensar que alguien fallecido ya no está y aún existe, esperando reencontrarse. Sobre todo, nos habla de una omnipotencia de pensar que podemos adelantarnos al destino o conocer respuestas a futuro, como si se pudiera controlar lo que aún no sucede, y mas que nada está la angustia por algo que todavía no está inscrito.





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