I. El asesino de Barrowland
La mañana del 23 de febrero de 1968, la comunidad de Glasgow se vio sacudida ante el horroroso hallazgo que hizo un ebanista cuando se disponía a ir a su trabajo. En la calle estaba el cuerpo desnudo y sin vida de una mujer, fue identificada como Patricia Docker. La mujer había sido asfixiada con una media.
Ante el descubrimiento del cuerpo, los padres de la joven la identificaron además de que el cadáver estaba a escasos metros de la casa de los padres. Las autoridades preguntaban sobre quién era el sujeto con el que salió Patricia, pero nadie supo dar información, en especial los clientes del Barrowland.
II. El Terror regresa a Barrowland
Había transcurrido un año del asesinato de Patricia Docker. Nadie más habló del asunto y pareciera que la tranquilidad volvió a Glasgow. Era el 16 de agosto de 1969, Margaret McDonald se encargó la tarea de cuidar a los hijos de su hermana, Jemima McDonald, una joven que iba al Barrowland Ballroom. Margaret se preocupó al ver que Jemima aún no volvía. Amaneció y su hermana no regresaba. Mientras realizaba las tareas domésticas había escuchado a unos niños, cerca de la casa, que habían encontrado a un "maniquí aterrador" en un edificio derruido y abandonado a unas cuantas cuadras del hogar de Margaret.
Una terrible intuición envolvió a la ama de casa y preguntó a los niños sobre la ubicación exacta del supuesto maniquí. Ella se encaminó y sus temores se hicieron realidad al corroborar que el supuesto maniquí se trataba, en realidad, del cuerpo sin vida de una mujer. Era su hermana Jemima, quien no volvió con vida de la fiesta.
Al igual que la anterior víctima, Jemima fue ahorcada con una media de nylon, pero aún conservaba la ropa puesta. También su bolso había desaparecido y se encontraba a escasos metros de su casa.
Los hermanos McDonald ofrecieron una cuantiosa recompensa a cambio de información del asesinato de Jemima, pero nadie pudo proporcionar nada. La mayoría de los testigos que estaban en Barrowland Ballroom se negaron a dar testimonio, ya que los hombres eran casados y podrían ser descubiertos en acto de infidelidad.
Lo único que se sabe es que Jemima bailaba con un hombre de vestimenta pulcra, cabello corto rojizo y hablaba constantemente sobre las escrituras bíblicas.
III. Noche sangrienta de Halloween
En las vísperas de la noche de Halloween, el 30 de octubre de 1969 las hermanas Puttock: Helen y Jean, fueron al Barrowland Ballroom a festejar en una animada fiesta. Helen estuvo bailando con un sujeto de vestimenta pulcra, traje azul y cabello corto. Jean refiere que el sujeto citaba versículos de la biblia de manera textual, por lo que refiere una increíble capacidad de memoria.
Al salir del salón de baile, las hermanas Puttock tomaron un taxi acompañadas del compañero de baile de Helen. Jean refiere que el sujeto se veía incómodo con la presencia de ella, como si esperara estar a solas con su hermana Helen. En el transcurso del camino, el sujeto hablaba de las creencias religiosas de su familia y de lo que su madre pensaba sobre las mujeres que asistían a las fiestas.
Jean fue la primera en descender del vehículo y dirigirse a su casa, mientras que su hermana Helen iban en camino a su casa en compañía del hombre que conocieron en el Barrowland. Aquella noche sería la última vez que se le vería a Helen Puttock.
El 31 de octubre, Halloween, un hombre que transitaba con su mascota, encontró un bulto de trapos sobre la calle. Pero al aproximarse descubrió que en realidad de trataba de un cuerpo de mujer desnudo y sin ropa. Se trataba de Helen Puttock, la joven madre y esposa que no regresó a casa la noche pasada. También le habían robado el bolso y sus identificaciones. Un rasgo en común con las anteriores víctimas, las mujeres habían sido asesinadas cuando tenían su período. En el caso de Helen, tenía su toalla sanitaria debajo de su axila; además tenía una mordedura y rastros de semen encima. La familia de Helen confirmó la identificación de su cuerpo.
Gracias al testimonio de Jean Puttock, se pudo realizar un retrato del posible asesino serial que desolaba en la comunidad de Glasgow.
Los medios de comunicación, al enterarse del testimonio de Jean Puttock, nombraron al asesino como Bible John. Se consultó con odontólogos para averiguar si tenían a un paciente que encajaba con la descripción dental proporcionada por Jean Puttock: un hombre que tenía los dientes superpuestos.
IV. El Misterio de Glasgow
Después del asesinato de Helen Puttock, las autoridades estuvieron más alertas en cuestión a los crímenes. Hubo agentes encubiertos que visitaban el Barrowland y se hacían pasar como simples hombres que iban a ligar, pero su misión era reportar cualquier actitud sospechosa.
En 1977 se reportó otro asesinato de mujer que también visitó el Barrowland, con las mismas características pero las autoridades convencieron a los medios de comunicación de que se trataba de un caso aislado. La intención era no alerta más a la población y evitar la ira de los pobladores con el trabajo policíaco.
Uno de los principales sospechosos era John Irvine McInnes, un hombre que coincidía con los rasgos físicos y había desfilado como principal sospechoso en el reconocimiento de criminales que le hicieron a Jean Puttock. John se suicidó en 1981, aunque su muerte no descansó ya que en la década de los 90's una investigadora forense conocida como Mary Cassidy levantó de nuevo la investigación sobre el asesino Bible John. Comparó las muestras de ADN del semén que había en Helen con el ADN de los familiares de John Irvine y también con el mismo cadáver de John.
Mientras se realizaba esta operación, los medios de comunicación hostigó a los familiares de John Irvine, causando la ira de la población que convirtió a la familia como blanco de los ataques.
Con el análisis de investigación, se comprobó que el ADN no coincidía con el semen encontrado en el cadáver de Helen Puttock. John Irvine no fue el asesino de Glasgow, y aun así el gobierno nunca ofreció una disculpa a los familiares de Irvine.
La identidad de Bible John aún se mantiene en misterio, ya que nunca se pudo corroborar quién fue. En el 2004 se arrestó a un hombre que corresponde al nombre de Peter Tobin, acusado del homicidio de dos adolescentes en aquella época, que habían desaparecido y sus respectivos cuerpos fueron hallados sin vida y descuartizadas en las viviendas donde habitó Tobin. Por las facciones las autoridades reavivaron el caso de Bible John, y vieron que su fisonomía correspondía a los retratos de Bible John.
Peter Tobin admitió ser el responsable de 48 asesinatos de mujeres, pero se negó a confesar en dónde estaban sepultadas. Hay una incongruencia, puesto que Bible John no asesinaba menores de edad, sino mujeres adultas, por lo regular madres, que asistían al Barrowland y no las descuartizaba y no se molestaba en sepultarlas, sino dejar expuesto el cuerpo.
Uno de los datos que llamaba la atención a las autoridades, y a la vez los llevó a suponer que pudiera tratarse de Bible John, es que este sujeto vivió en Glasgow y lo dejó en 1969, año en que se detuvieron los homicidios.
Algo que es seguro es que la verdadera identidad de Bible John aún permanece en el misterio.
Al salir del salón de baile, las hermanas Puttock tomaron un taxi acompañadas del compañero de baile de Helen. Jean refiere que el sujeto se veía incómodo con la presencia de ella, como si esperara estar a solas con su hermana Helen. En el transcurso del camino, el sujeto hablaba de las creencias religiosas de su familia y de lo que su madre pensaba sobre las mujeres que asistían a las fiestas.
Jean fue la primera en descender del vehículo y dirigirse a su casa, mientras que su hermana Helen iban en camino a su casa en compañía del hombre que conocieron en el Barrowland. Aquella noche sería la última vez que se le vería a Helen Puttock.
El 31 de octubre, Halloween, un hombre que transitaba con su mascota, encontró un bulto de trapos sobre la calle. Pero al aproximarse descubrió que en realidad de trataba de un cuerpo de mujer desnudo y sin ropa. Se trataba de Helen Puttock, la joven madre y esposa que no regresó a casa la noche pasada. También le habían robado el bolso y sus identificaciones. Un rasgo en común con las anteriores víctimas, las mujeres habían sido asesinadas cuando tenían su período. En el caso de Helen, tenía su toalla sanitaria debajo de su axila; además tenía una mordedura y rastros de semen encima. La familia de Helen confirmó la identificación de su cuerpo.
Gracias al testimonio de Jean Puttock, se pudo realizar un retrato del posible asesino serial que desolaba en la comunidad de Glasgow.
Los medios de comunicación, al enterarse del testimonio de Jean Puttock, nombraron al asesino como Bible John. Se consultó con odontólogos para averiguar si tenían a un paciente que encajaba con la descripción dental proporcionada por Jean Puttock: un hombre que tenía los dientes superpuestos.
IV. El Misterio de Glasgow
Después del asesinato de Helen Puttock, las autoridades estuvieron más alertas en cuestión a los crímenes. Hubo agentes encubiertos que visitaban el Barrowland y se hacían pasar como simples hombres que iban a ligar, pero su misión era reportar cualquier actitud sospechosa.
En 1977 se reportó otro asesinato de mujer que también visitó el Barrowland, con las mismas características pero las autoridades convencieron a los medios de comunicación de que se trataba de un caso aislado. La intención era no alerta más a la población y evitar la ira de los pobladores con el trabajo policíaco.
Uno de los principales sospechosos era John Irvine McInnes, un hombre que coincidía con los rasgos físicos y había desfilado como principal sospechoso en el reconocimiento de criminales que le hicieron a Jean Puttock. John se suicidó en 1981, aunque su muerte no descansó ya que en la década de los 90's una investigadora forense conocida como Mary Cassidy levantó de nuevo la investigación sobre el asesino Bible John. Comparó las muestras de ADN del semén que había en Helen con el ADN de los familiares de John Irvine y también con el mismo cadáver de John.
Mientras se realizaba esta operación, los medios de comunicación hostigó a los familiares de John Irvine, causando la ira de la población que convirtió a la familia como blanco de los ataques.
Con el análisis de investigación, se comprobó que el ADN no coincidía con el semen encontrado en el cadáver de Helen Puttock. John Irvine no fue el asesino de Glasgow, y aun así el gobierno nunca ofreció una disculpa a los familiares de Irvine.
La identidad de Bible John aún se mantiene en misterio, ya que nunca se pudo corroborar quién fue. En el 2004 se arrestó a un hombre que corresponde al nombre de Peter Tobin, acusado del homicidio de dos adolescentes en aquella época, que habían desaparecido y sus respectivos cuerpos fueron hallados sin vida y descuartizadas en las viviendas donde habitó Tobin. Por las facciones las autoridades reavivaron el caso de Bible John, y vieron que su fisonomía correspondía a los retratos de Bible John.
Peter Tobin admitió ser el responsable de 48 asesinatos de mujeres, pero se negó a confesar en dónde estaban sepultadas. Hay una incongruencia, puesto que Bible John no asesinaba menores de edad, sino mujeres adultas, por lo regular madres, que asistían al Barrowland y no las descuartizaba y no se molestaba en sepultarlas, sino dejar expuesto el cuerpo.
Uno de los datos que llamaba la atención a las autoridades, y a la vez los llevó a suponer que pudiera tratarse de Bible John, es que este sujeto vivió en Glasgow y lo dejó en 1969, año en que se detuvieron los homicidios.
Algo que es seguro es que la verdadera identidad de Bible John aún permanece en el misterio.
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