Letras del Horror: Francisco Tario




Escritor nacido en la ciudad de México, el 9 de diciembre de 1911, su nombre real es Francisco Peláez Vega, mejor conocido con su pseudónimo Francico Tario. Es uno de esos escritores con un talento innato para cautivar a los lectores, aunque en su época como escritor no haya obtenido el merecido reconocimiento. El ambiente literario lo etiqueta como "escritor marginado" debido a que no perteneció a un círculo de escritores.
   Es identificado por ser precursor del género fantástico en la década de los 50 en México. Su formación de escritor abarca desde cuento, novela y también teatro, aunque es más reconocido por ser cuentista. Su legado es comparado con Juan Rulfo, por el hecho disociar la realidad con la fantasía. 

   Sus obras relatan como tema central el punto de vista de la vida desde de un objeto o animal, como es en el caso de "La noche de muñeco" -que forma parte de la colección de cuentos "La Noche"-donde un juguete de aspecto poco agraciado ve con amargura como otros juguetes son comprados, mientras tanto es despreciado. También aborda sobre personas, pero en estado de enajenación, y lo más característico: Los fantasmas, personajes que aparecen en muchos de sus textos. El fantasma descrito por Tario se aleja del cliché anglosajón y del fantasma inglés, que tantas veces los escritores ingleses abastecieron. Se trata más de un fantasma que desconoce su propia muerte, es más no está muerto, sino que estando vivo es un vago recuerdo de sus memorias, es decir, está muerto para otros, excepto para sí mismo pero tampoco disfruta su vida. Se piensa que el autor se identifica con la figura del fantasma, puesto que su relación con los ámbitos del mismo género en la década de los cincuenta fue precisamente así, como un fantasma. 
    La melancolía sume al autor tras perder a su esposa Carmen Farell, período en que abandona poco a poco la escritura. 

   Francisco Tario abandona el mundo en 1977, muriendo en Madrid, España. 
   Como dato curioso, a mediados de la década de los ochenta, su hermano el pintor Antonios Peláez, compartió al hijo de Tario y a conocidos de él, obras que el autor había escrito pero que no publicó, y se pensaba que lo hizo en el tiempo donde se sumió a la melancolía, guardándolas para él. Se trata de tres obras teatrales y una novela, entre ellas "El Caballo asesinado" que también sería adaptado en obras teatrales. 

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