Richard Matheson, escritor que ha proliferado sus obras en el género de Horror, Ciencia Ficción y Fantasía además de haber sido guionista en adaptaciones fílmicas, es el responsable de una inquietante, y a la vez atrayente, novela que ha sido inspiración para muchas otras obras relacionadas con el género post-apocaliptíco, y se trata de la novela "Soy Leyendad (Im Legend, 1954). Ahora es el turno de hacer reseña de esta gran obra.
Se abordan dos subgéneros: el vampirismo, y el post-apocaplisis (más propio de los géneros distopícos de la Ciencia Ficción). Ambos unidos para describir una trama interesante: un virus ha arrasado con la mayor parte de la población, los infectados se convierten en seres que se alimentan de sangre humana y aborrecen el sol, efectivamente, se trata de vampiros.
Neville, el único sobreviviente de una ciudad diezmada por estos seres. Refugiado en su propia casa, cada día es la misma rutina: buscar alimentos y las herramientas necesarias para reforzar la seguridad de su hogar, buscar alimentos, y destruir algunos vampiros. Pero al caer la noche, Neville trata de mantener la cordura cuando las criaturas noctámbulas acechan y rodean su casa. Cada día y noche son lo mismo, y llega a un grado en que esa rutina contagia al lector, y comparte la monotonía, y claro esto es ineludible cuando estás encerrado en un solo lugar. Quizás uno pensaría: ¿por qué no se escapa de la ciudad? Excelente pregunta, pero difícil de responder en un mundo donde no hay rastro de otros humanos. ¿De qué serviría escapar si los otros lugares ya fueron invadidos?
Neville se propone una meta: descubrir el proceso biológico del vampirismo. ¿Cómo es que a un vampiro le aterra ver las cruces? ¿Será lo mismo con un vampiro judío? ¿Por qué el ajo aterra tanto a estos seres? Aprovechando su tiempo libre, se dedica a investigar este fenómeno. Como género de vampirismo, es la primera novela que aborda sobre un ataque masivo de vampiros, acabando con la vida de cientos de humanos, además aporta algo nuevo al género: abre la interrogativa de qué es un vampiro, y a través de su obra Matheson trata de "cientificar" al vampiro. Rompe el esquema tradicional del vampiro sobrenatural que tanto se abordaba en el siglo XIX y XX, es decir, se aleja de la figura gótica, romántica y seductora del vampiro, para devolverlo a un ser monstruoso que sólo busca alimento: la sangre, tema que posteriormente Stephen King, Guillermo del Toro y Steve Niles retomarían para sus respectivas obras (King con "El Misterio de Salem's Lot, del Toro con "Nocturna" y Niles con "30 días de oscuridad"). La apariencia humana es sólo una estrategia de depredador, el camuflaje perfecto para llegar a las víctimas.
Hay momentos tensos en la novela en que los vampiros cumplen su cometido de ser depredadores: persiguen incansables al protagonista y también lo torturan psicológicamente, tratan de hacer que él se entregue.
La soledad, y los recuerdos acaban de manera moral con Neville, ya que hay momentos en que se nos narra cómo era el mundo antes del apocalipsis vampírico y los seres amados con su trágico desenlace ante lo que es un brote masivo del virus... ingredientes suficientes para volver loco a cualquiera. Sin embargo es en esta parte donde se aborda el tema del existencialismo: si Neville ya perdió todo, ¿qué lo hace desear mantenerse con vida en un mundo desolado y corroído por la muerte? A mi me lleva, mas bien, a responder pero no en relación a la vida, sino a la misma muerte: Neville, como todo ser humano, está sujeto a lo efímero, a la mortalidad; permanece ahí, en espera de la muerte pero decidido a no morir a manos de los vampiros. Es como una manera de fastidiar -o vengarse- de los seres que destruyeron su mundo, su vida: mantenerse vivo para enloquecer a los vampiros, pero a la vez espera la muerte, aunque de todas formas es un modo de muerte las rutinas pero, ambivalentemente, las conductas repetitivas ayudan a adaptarse en un pasaje desolador. Para no perder la cordura intenta llevar una "vida normal", tratar de adaptarse a su medio aunque bien sabe que no recuperará nada del pasado (¿acaso vive de la nostalgia, con la esperanza de que todo mejorará?) y en momentos no soporta y termina explotando, lo que nos hace comprender que el hombre no puede vivir solo. El ser humano es efímero, pero Neville no está dispuesto a entregarse a los vampiros, y antes de dar batalla estudia el virus.
Algo interesante, y es uno de los esquemas que da una vuelca de tuerca al género de vampiros, es el hecho de la creencia en la existencia de los vampiros en la misma trama, tema que en anteriores obras se ignoraba sobre el mismo. Hasta en la novela Drácula, los personajes tienen que recurrir a las supersticiones y al ocultismo para conocer la información que ayudará a comprender con qué clase de ser se enfrentan. En "Soy Leyenda" esto no es así, la creencia en ellos ya está, sólo que establece las interrogativas de cómo funciona un vampiro.
La novela "Soy Leyenda"tuvo sus respectivas adaptaciones cinematográficas, desde la versión de Vincent Price, el Hombre Omega (aquí no son vampiros, sino mutantes con la piel quemada por la explosión nuclear), hasta la versión con el actor Will Smith que está muy alejada de la novela al abordar a un híbrido de zombie con vampiro. Aunque claro está que todas las adaptaciones aborda el origen del apocalipsis, en la novela no está muy claro cuál fue el detonante, pero deja en la angustia al saber que un fenómeno de esta magnitud pueda acabar con la civilización de la forma más inesperada. La novela fue construida en una época donde el temor a la Guerra Nuclear o bacteriológicas estaba al acecho de los ciudadanos del país del Norte, situación que inspiró al autor, Richard Matheson, a desarrollar la trama.
El clímax de la novela se pone aún más interesante cuando Neville comienza a descubrir los efectos del vampirismo, así como el oscuro destino que depara con su descubrimiento. Con Soy Leyenda hay que tener paciencia ya que las escenas de acción son pocas, pero garantizan una gran nivel de tensión.
La novela también sirve de inspiración para John A. Russo y George A. Romero con la clásica obra "La noche de los muertos vivientes" y los famosos apocalipsis zombies, aunque claro está, primero fue el apocalipsis vampírico.
En conclusión, tenemos una novela que revoluciona el género de los vampiros, nos lleva a temas y a preguntas poco o nada exploradas en el mundo de los chupa sangre, además de angustiar de que un fenómeno devastador e inesperado pueda arrasar con la civilización, pero también nos conduce a otro miedo aún más arraigado: el miedo a la soledad, al "qué voy a hacer cuando todos mueran" y tener que adaptarse a un nuevo ambiente completamente hostil.
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