La maldición de Amityville: la casa que estremeció al mundo



El 14 de noviembre de 1974 en la casa ubicada en el 112 Ocean Avenue, condado de Amityville, fue escenario de un escalofriante acontecimiento que abarcó a los medios de comunicación. Toda la familia DeFeo fue masacrada, siendo abatidos a balazos mientras dormían. El arma homicida, un rifle, fue hallada junto con las balas y ropa ensangrentada en una funda de almohada escondida en una alcantarilla. La noticia fue declarada por el único sobreviviente de los Defeo: Ronald Defeo Jr., un joven de 23 años, hijo mayor, se había dirigido al bar Witche's Brew, para delatar el homicidio. 
 
Obviamente las autoridades ficharon como sospechoso a Ronald y fue apresado. Las autoridades arribaron a la residencia de tres pisos estilo colonial, con un letrero que decía "High Hopes" (Grandes Esperanzas). El escenario era espantoso: los seis cadáveres de la familia estaban en sus camas, acostados boca abajo. Por las posiciones de los cuerpos, se dedujo que fueron acribillados mientras dormían, y se dictaminó la hora de la muerte: 3,15  de la madrugada. 
  Los tiros se efectuaron en la espalda, a excepción de la señora Defeo, que había recibido un tiro en la frente. 
  Ronald Defeo Jr., fue procesado, y en el juicio se dictaminó una sentencia de veinticinco cadenas perpetuas. Ronald no tendría libertad condicional, pero durante el juicio declaró que unas voces lo obligaron a cometer el crimen, voces que sólo él escuchaba...
   18 de noviembre, de 1975. La casa de Amityville fue ocupada por una nueva familia, aquella familia serían los Lutz, quiénes ya habían sido informados del homicidio de los DeFeo. El letrero de Grandes Esperanzas haría mérito con la llegada de los Lutz, una esperanza de tener un nuevo hogar, y aquel fatídico episodio que aterrorizó a los habitantes de Amityville, parecería olvidarse. Hasta que... una llamada a la policía alertó de nuevo a Amityville. 
 
Los Lutz habían abandonado su hogar, su estancia fue sólo de veintiocho días, dejando sus pertenencias. ¿Qué sucedió en la residencia de los Lutz? Así como el misterio de la muerte de los Defeo, una vez más la casa de Amityville volvía a ser el centro de atención de los medios de comunicación. 
   Lo sobrenatural fue responsable de la huida de los Lutz. George y Kathy Lutz declaran que habían sido testigos de fenómenos paranormales, refieren que la temperatura del hogar había descendido drásticamente. En el primer día de mudanza, el matrimonio solicitó el servicio del cura de la localidad: el padre Pecoraro. Acudió al domicilio para bendecir, no obstante, el clérigo había sido expulsado de la casa por una fuerza ajena, una fuerza que se manifestó en la forma de una voz que ordenó: "¡Largo!".
   La casa era escenario de otros eventos sobrenaturales: la tubería del baño se desprendía una extraña sustancia negra similar a la brea, ocasionando que se tapara. Durante la noche, el matrimonio se despertaba ante los insistentes golpes en la puerta principal, al indagar no había nadie y este suceso se repetía a las 3:33 am. En una noche, George y Kathy se despertaron de nuevo ante los golpes en la puerta principal, y descubrieron que alguien o "algo" había arrancado de golpe la puerta. Las autoridades arribaron, y al examinar la puerta, descubrieron que fue arrancada desde adentro y no hacia afuera.
   Kathy se percató del extraño comportamiento de su hija menor, que parecía convivir con alguien invisible: hablaba, jugaba, cantaba a alguien que no estaba ahí. Ante la inocencia de que era un amigo imaginario, Kathy preguntó de quién se trataba, y la pequeña respondía "su amiga Jodie", y lo describía como un cerdo gigante de ojos rojos. Ante tal grotesca descripción, Kathy descubrió, en una ocasión, como su hija jugaba en su habitación mientras la mecedora se movía sin fuerza humana alguna...
   En una ocasión, George y Kathy descubrieron al famoso Jodie, los miraba desde una ventana. Descubrieron a un ser con cuerpo de cerdo, enorme y rojo, de ojos resplandecientes.  Cada miembro era víctima de fenómenos paranormales, por ejemplo George había visto como el rostro de su esposa se había transformado en el de una bruja. Mientras que Kathy había descubierto una misteriosa habitación que no aparecía en los planos de la casa. La habitación apodada "cuarto rojo" se encontraba en el sótano, justo debajo de la escalera. Uno de los niños, Chris Lutz, sufrió un accidente cuando una ventana se cerró de golpe sobre su mano, sin poder explicar cómo fue que la ventana se movió de golpe. Milagrosamente no sufrió fractura en sus huesos
   Ante la fuerza demoníaca que invadía poco a poco la vida de la familia Lutz, Kathy investigó el pasado de la casa en la oficina de Archivo Histórico de Amityville. Encontró que la casa fue construida en el siglo XVII por un exiliado de Salem, John Ketcham, acusado de practicar brujería. El hombre se estableció en Amityville, en un terreno donde anteriormente fue un cementerio nativo. Ahí llevó a cabo rituales de adoración demoníaca.
   Con esto sería suficiente para abandonar por siempre aquella casa que creyeron sería su hogar, pero en realidad fue su pesadilla.
 
El caso de la familia Lutz fue llevada a la prensa, y de inmediato los Medios de Comunicación difundieron la escalofriante historia de los Lutz y del cómo sobrevivieron al horror de la casa maldita de Amityville. El escritor Jay Anson escribió la novela basada en los acontecimientos en 1977, y en 1979 se estrenó en cines la película "Horror en Amityville" basada en la obra homónima. La siguiente secuela "Amityville 2: la posesión", no guardaba ninguna relación con la familia Lutz, por lo que éstos reclamaron ante la compañía Dino de Laurentis, por basarse en el libro de Hans Zoler "Asesinato en Amityville" y no en la secuela que escribió John G. Jones que se basaba más en un libro que el matrimonio Lutz intentó publicar por su cuenta.
   Incluso la famosa pareja que investigaba casos sobrenaturales, Ed y Lorraine Warren, acudieron al domicilio para llevar a cabo una sesión en la famosa casa. Fue aquí donde surgió la famosa fotografía, que se ha vuelto viral en Internet, sobre la aparición de un niño, asomándose desde una de las habitaciones del segundo piso. Lo aterrador se nota en el diabólico brillo de los ojos del niño. Se presume que la supuesta imagen del niño corresponde a una de las víctimas de Ronald Defeo.
   Pesadilla o no, ¿acaso ocurrió tal y como se había dicho en los medios o en la narración de la novela?
   El padre Pecoraro, de quien se contaba que había sido expulsado de la casa, refirió a los medios que nunca había visitado la casa, y jamás había sido solicitado por los Lutz para bendecir la casa.
   Las autoridades locales comentan que los Lutz no les habían llamado para investigar sobre el misterio de la puerta arrancada. No habían recibido una llamada con reporte de tal suceso.
   Existieron inconsistencias en la historia que los mismos Lutz compartieron. Por ejemplo, en el Archivo Histórico de Amityville no contaban con un documento que refiera que la casa fuera habitada por un tal John Ketcham. Había descripciones en el pueblo durante el siglo XVII pero ninguna de ellas correspondía a un Ketcham descrito en la novela.
   Todo se descubrió cuando la nueva familia que compró la casa, posterior a los Lutz, demandó a los anteriores propietarios por difamación, puesto que tenían que lidiar con acosadores que visitaban la casa. El fraude no era un plan maquinado por George y Kathy Lutz, sino más atrás.
   Regresando con Ronald DeFeo, el asesino de los Defeo, se descubre que el supuesto poltergeist fue idea de William Weber, el abogado defensor de Ronald Defeo. Con la intención de liberar al homicida, se inventó la historia de la casa embrujada, y se hizo un trato con la familia Lutz para que ellos apoyaran y afirmaran la veracidad del caso.
   El caso del embrujo de Amityville fue considerado como fraude.
   Actualmente, Jay Anson, el autor, murió en 1980 a causa de un infarto, justo cuando terminó de publicar su última novela también sobre una casa maldita.
    George y Kathy se habían divorciado; ella murió el 17 de agosto de 2004  a causa de enfisema, y dos años más tarde muere George Lutz de un infarto.
   Ronald DeFeo jr sigue cumpliendo su sentencia en prisión.
   La casa está habitada por una nueva generación, y por supuesto no refieren ser víctimas de fuerzas sobrenaturales, y eso sí, modificaron el diseño de la casa para evitar a más acosadores.


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