Siete
relatos —tres de ellos novelas cortas— representan la ópera
prima de su autor, un surtido de emociones y escalofríos que abarcan
géneros tan diversos como el suspense, la fábula, la
ciencia-ficción, el fantástico o el terror:
En
La pala: un ritual es llevado a cabo por los habitantes de un pueblo
remoto.
Dios
Roco: el protagonista se convierte en testigo involuntario o nexo de
unión entre dos mundos destinados a no conocerse nunca.
Al
otro lado del cristal: dos mujeres muy dispares tienen que hacerse a
la idea de convivir bajo el mismo techo, la situación lo requiere.
El
jugador pesimista: Una lucha encarnizada por la supervivencia es
desplegada a través de un macabro juego al que, junto con otros,
tendrá que hacer frente, algo que lo marcará de por vida.
Tercera
planta: acompañaremos a alguien cuya memoria hace mucho que lo
abandonó en su descenso al siguiente infierno.
La
celda de colores: una institución mental es siempre lugar de
confesiones susurradas cuyas paredes encierran anécdotas misteriosas
y leyendas urbanas que nadie creería, sin embargo, es la persona que
habita en la celda de colores la que guarda la más inquietante de
las historias.
Touchdown:
¿hasta qué punto llegarían unos por impresionar a otros? Alguien
cruzará esa delgada línea, demostrando una vez más que la
estupidez humana no conoce límites.
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