Red River, Tenesse en Estados Unidos, existe una pequeña granja que fue el escenario de una macabra leyenda que ha circulado de generación en generación. Incluso hubo una adaptación cinematográfica llamada An American Haunting, realizada en el 2005 que aborda uno de los casos más escalofriantes de Estados Unidos: el caso de un asesinato realizado por un fantasma.
La leyenda se le conoció como la Bruja de Bell o la maldición de la Bruja de Bell.
Los siguientes sucesos tienen registro entre 1817 y 1821. Los Bell era una humilde familia de campesinos que se estableció en Robertson County hacía quince años antes de los sucesos registrados. La familia se componía de John (padre), Luce (madre), Betsy (hija mayor), John hijo y Drewry (hijo menor). Construyeron una casa de madera de dos pisos. El padre solía salir de cacería y así alimentar a su familia. Vivían aislados de las comunidades. En este escenario fue donde los Bell atestiguaban la aparición de un animal extraño que merodeaba alrededor de la casa y también en lo profundo del bosque.
Betsy Bell refería haber visto a una mujer de extraña apariencia en aquellos lares, por lo que supusieron que la misteriosa aparición pudiera tratarse de esa mujer. Desde entonces el infierno para los Bell comenzaría cuando misteriosos ruidos se manifestaban en la casa de campo. Primero eran ruidos como rasguños en las ventanas y en la puerta principal. Cuando John Bell se asomaba no había nada que ocasionara los ruidos, pero estos aumentaban con frecuencia y se prolongaban todas las noches.
Entre los ruidos se alcanzaba a percibir aleteos sobre el techo, no obstante era la misma situación, por mas que John Bell intentara salir y averiguar no encontraba al responsable. Las noches eran de terror para los Bell al escuchar los ruidos que cada noche se manifestaban.
Un año fue lo que duró esta situación para los Bell, que cada noche tenían que soportar los ruidos que aumentaban con intensidad. De repente se escuchaban violentos gruñidos de unos perros que parecían pelear entre si, así como también las camas se agitaban o algún mueble se arrastraba. Cuando los Bell encendían las velas, los ruidos cesaban y todo estaba su lugar, como si nada hubiera sucedido.
Los Bell atribuyeron de inmediato a las macabras manifestaciones como una fuerza demoníaca que los atacaba. Nombraron al espíritu como "La Bruja" o el "Espíritu de la Bruja".
La fuerza sobrenatural no se limitaba con asustar a los residentes de la granja, sino que atacaba también, principalmente a John Bell, quien de repente no podía masticar o tragar, al parecer los músculos de su mandíbula se habían paralizado de forma inexplicable. John Bell era el objetivo principal de estos ataques sobrenaturales. Parecía que el Espíritu de la Bruja de Bell quería a John, y lo quería muerto, aunque se desconocía la razón de este acoso del más allá. Luce tenía conversaciones con este ente, y es lo más extraño de la situación, ya que este ser no atacaba a la esposa. Esta peculiar relación sobrenatural permitió comprender a la mujer que su esposo era la razón de los fenómenos paranormales, la Bruja de Bell quería matarlo.
Habían sido tantas las noches de horror y los ataques de la bruja hacia John que tuvieron que solicitar ayuda del señor James Johnston, un hombre dedicado a la palabra del Señor. El señor Johnston y su esposa visitaron el domicilio, usó su biblia y recitó unas oraciones, permanecieron una noche. Fue suficiente para que el matrimonio atestiguara los ataques de la Bruja de Bell.
El matrimonio vio como las mantas de la cama de Betsy se habían alzado y derribado, era como si una fuerza invisible las hubiera tomado con violencia, además escucharon unas siniestras carcajadas que retumbaban por todo el cuarto. James Johnston recitaba las oraciones, sin embargo el diabólico espíritu repetía los salmos en tono de burla.
Después de la visita de los Johnston, los habitantes de la comunidad de Red River habían escuchado los rumores del embrujo en la granja de los Bell. Muchos vecinos visitaban a los Bell para escuchar al Espíritu. Desde otras comunidades, las personas viajaban para también presenciar al ser del Más Allá, que podía escucharse claramente. Algunos intentaron enfrentar a la bruja orando, pero la entidad repetía las escrituras con tal precisión. Muchos quedaban asombrados al escuchar aquella voz incorpórea el cómo recitaba las sagradas escrituras de memoria increíble. Sabía los pasajes incluso algunos intentaron discutir sobre el significado o traducción de los pasajes bíblicos. Para mayor asombro, el Espíritu tenía conocimiento de lo que sucedía en la comunidad, y se aterrorizaban al saberse expuestos en sus más íntimos pensamientos. Otros cuestionaban sobre la presencia y exigían un significado especial, a lo que el ente respondía: "Yo era un espíritu feliz, pero tomaron lo que era mío". La Bruja de Bell aseguró que no se iría hasta ver morir a John Bell.
Los ataques se habían extendido hasta los hijos del matrimonio Bell. En una noche, Betsy sintió que
una poderosa fuerza invisible la tomó del cabello y la sacó arrastras de la cama. Drewry presentaba marcas en el brazo, como si una mano le hubiera apretado hasta provocar el morete. Betsy también había sido agredida físicamente, cuando en una ocasión alguien o algo la abofeteó sin que hubiera alguien cerca. Los empleados de la granja de Bell también fueron víctimas de las agresiones sobrenaturales. Uno de ellos tendía llegar tarde para encender la leña por la mañana. Un día, al llegar tarde de nuevo, el Espíritu lo sometió a una silla y lo golpeó con fuerza. Era tanto el escándalo que los Bell escucharon todo. El Espíritu amenazó al empleado que si se atrevía llegar de nuevo tarde lo golpearía hasta matarlo y lo lanzaría a los leños en llamas.
Únicamente la señora Bell, Lucy era a quien no violentaba, al parecer sostenía una relación amigable ya que en ocasiones cuando la señora Bell tenía reuniones de estudios bíblicos, el ente la ayudaba otorgando frutas a las asistentes y replicaba las plegarias con ella.
En una ocasión, un forastero inglés (al que todavía se desconoce su verdadero nombre) visitó a la familia Bell. Estaba enterado de la situación, e investigó en la casa para comprobar los acontecimientos sobrenaturales. Se quedó un mes en la granja. Él mismo constató que el Espíritu le hablaba, y para corroborar estos hechos mandaba mensajes al Espíritu para que se comunicara con la familia de él en Inglaterra. Las respuestas llegaban al día siguiente, y por medio de cartas, el inglés comprobó la veracidad de los mensajes. La familia del inglés se había aterrorizado con la presencia del Espíritu y solicitó al inglés regresar con ellos.
También existió gente que desafiaba al ente, uno de ellos fue Frank, el amigo de John Bell. Se describe a Frank como un hombre corpulento de fuerza física extraordinaria y se hablaba de él sobre su rudeza y valentía. Frank se quedó unas noches en la casa de los Bell. Cada vez que iba a dormir, una fuerza invisible jalaba las cobijas de la cama; cuando intentaba defenderse la misma fuerza lo sacudía de la cama o despertaba en el piso fuera de la habitación.
El General Andrew Jackson, destinado a ser el séptimo presidente de los Estados Unidos, era amigo de John, el hijo del medio, y tras enterarse de los sucesos visitó a la familia Bell en compañía de su grupo. En el transcurso del camino, a menos de 500 metros, uno de los integrantes del grupo, maldijo a la bruja de Bell. A consecuencia de esto, el espíritu provocó que la carreta principal se quedará atascada y los caballos se negaron a ayudar a mover la carreta. Todos escucharon una voz metálica que ordenó que se moviera de nuevo la carreta y prometió verse en la noche con el General Jackson.
Durante la estadía del General, aumentó los ataques de la Bruja hacia Betsy, que esta vez era golpeada en las noches como alguien jalaba de su cabello y la abofeteaba.
El Gral. Jackson describe que no fue testigo de ningún suceso sobrenatural, pero ante los relatos de otras personas y de la misma familia sólo expresó:
"Por lo eterno, no vi nada, pero escuché suficiente para convencerme de que prefiero pelear contra los ingleses antes que lidiar con ese tormento que llaman la Bruja de los Bell". Sólo uno de los acompañantes del gral fue víctima de los ataques paranormales, se trataba de un hombre que se auto-refería como un domador de brujas. Armado con un revólver con una bala bendita. Retó a la bruja y repentinamente sintió "mil pinchazos de agujas en su trasero", pero al momento de intentar de usar su arma, ésta no cedió. Lejos de asustarse, el General Jackson se burló y se motivó en quedarse más días.
El último de los ataques se registró el 20 de octubre de 1820, cuando John Bell y su hijo fueron a alimentar a los cerdos. Al volver a la casa, presentaba lesiones externas, como si alguien muy fuerte hubiese proporcionado una golpiza severa, tenía moretes en los ojos y se notaba una pequeña hemorragia en uno de sus ojos. Permaneció en cama y los médicos proporcionaron los medicamentos necesarios para salvarlo. Sin embargo la bruja de Bell se encargó de irrumpir el tratamiento. Juró que la muerte de John estaría cerca. Así que el 20 de diciembre de 1820, John hijo trató de buscar el medicamento recetado, y en su lugar estaba una botella sin etiqueta. Se la dio a su padre pero éste empeoró.
Frank, amigo de la familia, experimentó con el medicamento al obligar a un gato a que la consumiera y vio cómo el felino se convulsionó y falleció. El mismo resultado ocurrió con John Bell. Murió el 20 de diciembre. El espíritu de la bruja se burló, cantó y se rió ante la muerte del padre de familia. El ente advirtió que se ausentaría por siete años, se iría a un lugar lejos. Como muestra de ello, una bola de nieve entró por la chimenea provocando mucho humo, además aparecieron huellas afuera de la casa, en la nieve con el tamaño y forma de la bota de John Bell. En 1828 el espíritu volvió para compartir con la familia sobre temas de religión, política y filosofía. Desde entonces no se registraron más las apariciones del fenómeno poltergeist.
Actualmente, en la entrada del pueblo se alza un letrero sobre la leyenda de la bruja de Bell y el embrujo de la familia, culminando con la muerte de John Bell.
En una ocasión, un forastero inglés (al que todavía se desconoce su verdadero nombre) visitó a la familia Bell. Estaba enterado de la situación, e investigó en la casa para comprobar los acontecimientos sobrenaturales. Se quedó un mes en la granja. Él mismo constató que el Espíritu le hablaba, y para corroborar estos hechos mandaba mensajes al Espíritu para que se comunicara con la familia de él en Inglaterra. Las respuestas llegaban al día siguiente, y por medio de cartas, el inglés comprobó la veracidad de los mensajes. La familia del inglés se había aterrorizado con la presencia del Espíritu y solicitó al inglés regresar con ellos.
También existió gente que desafiaba al ente, uno de ellos fue Frank, el amigo de John Bell. Se describe a Frank como un hombre corpulento de fuerza física extraordinaria y se hablaba de él sobre su rudeza y valentía. Frank se quedó unas noches en la casa de los Bell. Cada vez que iba a dormir, una fuerza invisible jalaba las cobijas de la cama; cuando intentaba defenderse la misma fuerza lo sacudía de la cama o despertaba en el piso fuera de la habitación.
El General Andrew Jackson, destinado a ser el séptimo presidente de los Estados Unidos, era amigo de John, el hijo del medio, y tras enterarse de los sucesos visitó a la familia Bell en compañía de su grupo. En el transcurso del camino, a menos de 500 metros, uno de los integrantes del grupo, maldijo a la bruja de Bell. A consecuencia de esto, el espíritu provocó que la carreta principal se quedará atascada y los caballos se negaron a ayudar a mover la carreta. Todos escucharon una voz metálica que ordenó que se moviera de nuevo la carreta y prometió verse en la noche con el General Jackson.
Durante la estadía del General, aumentó los ataques de la Bruja hacia Betsy, que esta vez era golpeada en las noches como alguien jalaba de su cabello y la abofeteaba.
El Gral. Jackson describe que no fue testigo de ningún suceso sobrenatural, pero ante los relatos de otras personas y de la misma familia sólo expresó:
"Por lo eterno, no vi nada, pero escuché suficiente para convencerme de que prefiero pelear contra los ingleses antes que lidiar con ese tormento que llaman la Bruja de los Bell". Sólo uno de los acompañantes del gral fue víctima de los ataques paranormales, se trataba de un hombre que se auto-refería como un domador de brujas. Armado con un revólver con una bala bendita. Retó a la bruja y repentinamente sintió "mil pinchazos de agujas en su trasero", pero al momento de intentar de usar su arma, ésta no cedió. Lejos de asustarse, el General Jackson se burló y se motivó en quedarse más días.
El último de los ataques se registró el 20 de octubre de 1820, cuando John Bell y su hijo fueron a alimentar a los cerdos. Al volver a la casa, presentaba lesiones externas, como si alguien muy fuerte hubiese proporcionado una golpiza severa, tenía moretes en los ojos y se notaba una pequeña hemorragia en uno de sus ojos. Permaneció en cama y los médicos proporcionaron los medicamentos necesarios para salvarlo. Sin embargo la bruja de Bell se encargó de irrumpir el tratamiento. Juró que la muerte de John estaría cerca. Así que el 20 de diciembre de 1820, John hijo trató de buscar el medicamento recetado, y en su lugar estaba una botella sin etiqueta. Se la dio a su padre pero éste empeoró.
Frank, amigo de la familia, experimentó con el medicamento al obligar a un gato a que la consumiera y vio cómo el felino se convulsionó y falleció. El mismo resultado ocurrió con John Bell. Murió el 20 de diciembre. El espíritu de la bruja se burló, cantó y se rió ante la muerte del padre de familia. El ente advirtió que se ausentaría por siete años, se iría a un lugar lejos. Como muestra de ello, una bola de nieve entró por la chimenea provocando mucho humo, además aparecieron huellas afuera de la casa, en la nieve con el tamaño y forma de la bota de John Bell. En 1828 el espíritu volvió para compartir con la familia sobre temas de religión, política y filosofía. Desde entonces no se registraron más las apariciones del fenómeno poltergeist.
Actualmente, en la entrada del pueblo se alza un letrero sobre la leyenda de la bruja de Bell y el embrujo de la familia, culminando con la muerte de John Bell.
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