Si te acusaran de un delito, y cuando te sucede un incidente relacionado con el delito anterior, ¿en realidad pudieras soportarlo? Estamos abordando la primera novela comercial de la autora Mary Higgins Clark, escritora conocida en el medio literario al trabajar género de misterio y suspenso. Mary Higgins tomó su lugar de autora tras enfrentar varios obstáculos para publicar una obra, siendo madre viuda de cinco hijos y con problemas económicos, y el esfuerzo se vio recompensado al tener el reconocimiento de la crítica.
¿Dónde están los niños? Es uno de los primeros trabajos elogiados y que al fin tuve la oportunidad de leer, cabe mencionar que ella es muy famosa en Estados Unidos, y como es costumbre, este tipo de autoras son escasas sus obras en México o tiene poco reconocimiento permaneciendo en las sombras de las librerías, siendo que en el país vecino tienen más fama.
La novela aborda el caso ficticio de Nancy Harmon, una mujer casada y madre acusada de un terrible delito: infanticidio, en especial el de sus propios hijos. Por tecnicismos (como la fuga de un testigo y la muerte de la parte acusadora que era su esposo) ella queda libre, dejando la incógnita sobre su inocencia. Tiempo después Nancy rehace su vida con otro hombre, con Ray Eldredge y se muda a Cape Cod. Oculta ante los medios y con una nueva identidad, Nancy se dedica a la vida de sus hijos, dos pequeños que le hacen recordar a los suyos. Una vez más el infierno de Nancy retorna cuando los niños desaparecen, y a ella se le encuentra cerca del lago, fuera de sí... ¿Acaso hay alguien que va tras Nancy? o ¿Nancy nunca fue inocente?
El suspenso se centra en la intriga de la desaparición de los menores y sobre la inocencia o no de Nancy Harmon, ese pasado que creyó dejar atrás y retorna a manera de pesadilla, con la finalidad de acabarla.
La novela aborda la angustia de ser acusado de nuevo, de dudar la inocencia propia y de la misma cordura. ¿Cómo no creer que Nancy pueda perder la cabeza al igual que en su primera familia? La sociedad juega un papel, influenciado por los medios que pueden hacer juzgar a una persona dentro de su entorno y desgraciar a alguien de por vida, en el aspecto de marginar a una persona por la acusación. La terrible sombra de la exclusión grupal y tener que cargar con aquel estigma, y saber que nadie más puede llegar a creer. En especial si se trata de una madre, que a nivel social se le asigna la carga afectiva de sus hijos y cuando ocurre un error o un acto que hace pensar en lo contrario, se le condena a la madre, se le tacha de "madre mala" sin conocer a fondo la verdadera situación que conlleva a los hechos. Pareciese que nosotros como sociedad tomamos el papel de juez y de sentencia. A lo que me conduce a pensar: ¿no hace más daño la idea de "la mala madre" a nuestra sociedad? De asignar toda la carga de los hijos a una mujer: quiérelos, amalos, cuidalos, etc. Y al padre pareciera que le corresponde únicamente ser proveedor. Asignamos guiones a los miembros de una familia, siendo la madre quien lleva más carga.
Entonces, cuando una madre comete un desliz, se le señala, pero no se deja de presionar por la carga como si olvidaramos que una madre posee deseos propios.
Lo bueno: La idea es interesante, una mujer acusada de infanticidio es señalada por la desaparición de sus hijos, con momentos de tensión que deja al lector fijado y que no se despegue de algunos párrafos exigiendo querer saber más. Es una lectura ágil fácil de leer y sin complicaciones.
Lo malo: El misterio... pues la idea como tal no se desarrolla del todo, en la introducción se manifiesta pero durante el desarrollo se desvanece la idea para plantearnos escenas y situaciones que dan un giro. Además de que la manera en cómo se resuelve el conflicto suena demasiado improvisado y sin mucho esfuerzo.
Dejo un 8/10
Comentarios
Publicar un comentario