I. El asesino de Maggio
Fue la noche del 23 de mayo de 1918, cuando el sueño de la familia Maggio fue irrumpida brutalmente cuando un misterioso sujeto, resguardado por las sombras de la noche, se había introducido con solo retirar un seguro de la puerta de madera. El matrimonio fue golpeado y después atacado salvajemente con un hacha. Cuando las autoridades arribaron al lugar de los hechos, descubrieron un macabro mensaje: "La señora Maggio velará como la señora Toney". La pareja presentaba heridas letales en el cuello, al parecer realizadas con una hoja de cuchilla. La primera conjetura de la policía fue pensar en que los Maggio habían sido víctimas de la mafia, puesto que ellos al ser italianos habían sido blanco de los criminales para tomar posesión del lugar.
El señor Maggio era tendero en la ciudad de Nueva Orleans, y se pensó en un ajuste de cuentas con la Mafia. Sin embargo esa hipótesis fue descartada cuando una oleada de salvajes asesinatos se desataron en Nueva Orleans. El horror ocultaba su cara pero el filo de un hacha era lo único que deslumbraba en las sombras de la noche.
II. El monstruo vuelve atacar
En 1911 otros tres propietarios de tiendas, de origen italiano, fueron el blanco de los ataques del que sería conocido como "El Hachero". Las tres familias, Schiambra, Cruti y los Rosetti presentaban los mismos rasgos que los Maggio: habían sido asesinados en la noche, con la puerta forzada y atacados con una filosa hoja que se pensó en un hacha.
Los hermanos de la primera víctima, Joseph Maggio, habían sido los principales sospechosos pero no se pudo comprobar evidencia alguna de su culpabilidad.
III. Una carrera mortal
La muerte vuelve a acechar la ciudad de Nueva Orleans, y esta vez fue el 28 de junio de 1911. Louis Besumer fue la siguiente víctima. La puerta fue hallada forzada y al matrimonio severamente herido con un hacha. La señora Besumer murió en el acto, mientras que su esposo sobrevivió a los ataques pero se convirtió en el blanco de la sospecha. Ante la incapacidad de las autoridades en poder encontrar al asesino del hacha, se le acusó a Besumer de los asesinatos, "ya que solo él sobrevivió". De todas formas se tuvo que demostrar su inocencia cuando la noche del arresto de Besumer apareció otra víctima, se trataba de la señora Edward Sheider que estaba encita. El hachero recurrió al mismo método: ingresar a la vivienda forzando la puerta mientras dormía la mujer.
Afortunadamente la mujer sobrevivió al ataque y pudo dar luz justo después de recuperarse.
El caso de Joseph Romano, la siguiente víctima, fue algo curioso ya que es la única víctima que no
era un tendero, sino un barbero. Al igual que los demás fue asesinado en la noche con la puerta forzada. En aquel asesinato hubo testigos, y fueron las pequeñas sobrinas de Romano; refieren haber visto a un hombre "muy alto" huir de la casa.
IV. El Jazz del Demonio
Acabada la Primera Guerra Mundial, el hachero había apaciguado los asesinatos. La Ciudad de Nueva Orleans había recuperado la tranquilidad y las noches pertenecía al sueño de sus ciudadanos. Pero el Diablo no desapareció, sino que también se había dormido, pero el 10 de marzo de 1919 despertó, y de nuevo su reinado de terror volvió.
Charles Cortimiglia fue la siguiente víctima junto con su esposa e hijo, que falleció en el acto. El matrimonio sobrevivió a los ataques, y la señora Cortimiglia acusó a sus vecinos, que eran italianos, de ser los responsables del crimen. Los hermano Jordano y su padre fueron detenidos y procesados a juicio.
Los asesinatos impactaron a los habitantes que compararon los crímenes con los de Jack el Destripador. Los cuerpos caían pero al responsable aún no se le detenía.
V. ¿El fin de la carrera del Hachero?
Las próximas víctimas fueron tres pero fueron las últimas en la carrera del hachero, el primero fue Steve Broca que logró sobrevivir al ataque. Después siguió Sara Laumann, que originalmente fue una víctima secundaria ya que un dueño de una farmacia iba a ser el blanco del ataque. Sara no pudo identificar al asesino ya que estaba dormida. La víctima le había disparado ahuyentando así al asesino. La tercera y última víctima fue Mike Pipetona, falleció en el ataque. Solo la esposa pudo ver al criminal huir después de cometer el asesinato.
La viuda de Pipetone cobró venganza, se trasladó a la ciudad de los Angeles en el año de 1920. Arremetió a tiros contra un hombre identificado como Joseph Mumfre. Él fue un delincuente que había sido puesto en libertad. De manera curiosa, aunque en la actualidad no se ha comprobado la identidad del hachero, se piensa en la posibilidad de que Joseph Mumfre pudo haber sido el asesino ya que al estar detenido fue cuando, justamente, se habían detenido los asesinatos y al estar libre ocurrió las muertes.
La señora Pipetone fue arrestada y sentenciada a 10 años, y con la información proporcionada de que Mumfre pudo ser el asesino, la sentencia fue reducida a tres años.
Quizás la señora Pipetone libró a Nueva Orleans del Hachero.
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