Ya no es necesario esperar la noche para que el Terror se desate. Hace un año, el director de cine Ari Aster nos sorprendió con la película "Hereditario", y ahora nos trae una cinta muy esperada con una nueva apuesta sobre el género. Esta vez nos traslada a un lugar insólito en Suecia llamado Midsommar, una comunidad de personas dispuestas a llevar a cabo sus celebraciones que solo cada noventa años se realizan, lugar al que una joven decide acompañar a su novio y a sus amigos estadounidenses, esto tras perder a su familia de una manera trágica.
Lo que inicia como una tranquila celebración, los viajeros se percatarán el nivel de peligrosidad que van asumiendo los ritos cada vez más salvajes.
La premisa de un grupo de viajeros que aborda una comunidad "tranquila" me recordó a "2000 maníacos", aunque aquí es llevada por otro estilo narrativo. Cabe mencionar que también hace referencia a algunas cintas de horror que tratan sobre culto, y por supuesto con su propio sello de Ari Aster.
Tanto las imágenes como la fotografía son sorprendentes, al igual que las actuaciones muy moderadas, sin llegar a los extremos como comedia o demasiada seriedad, y nos permite contemplar las costumbres del festival de Midsommar. Y qué decir del Gore, pienso que Aster usa correctamente las escenas de Gore sin abusar de ellas, y cuando las muestra en realidad es un impacto a la vista con descripciones grotescas que difícilmente el espectador podrá olvidar. Con este detalle logra que la cinta sea clasificación C, lo que se agradece puesto que algunas cintas actuales han bajado su clasificación para conseguir más audiencia.
Ari Aster nos conduce como un juego de la montaña rusa, nos emociona con la subida en la montaña con escenas muy alegres por parte de la comunidad, hasta que nos deja caer de golpe al filo de precipicio. Para esto debo advertir que se debe tener mucha paciencia, ya que en lo cierto algunas escenas son lentas para desarrollarse. Tampoco esperen escenas con jumpscares, o escenas con mucha acción. Lo que encontramos es una historia sobre cómo el terror se puede ocultar detrás de una aparente sonrisa y una expresión de felicidad en la cara, con el deseo de formar parte de sus rituales de celebración y lo que puede ofrecer en momentos de desesperación.
Lo mejor: el gore que no abusa pero en las pocas escenas logra impactar la retina, al igual que la fotografía que es de lo mejor en la cinta. Actuaciones moderadas sin llegar a los extremos de ser una cinta netamente seria o comedia.
Lo malo: escenas extendidas que puede hacer algo cansado, pero la sorpresa viene en camino.
Calificación: 8/10
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