I. Terror en el Hotel
Cuando hablamos de asesinos seriales, usualmente en la mayoría pensamos de inmediato en aquellos homicidas en el país del norte. Criminales como Ted Bundy, John Wayne Gacy, Richard Chase, Jeffrey Dahmer, pero omitimos a aquellos que alguna vez aterrorizaron en México. Quizás para no alertar a la población o son crímenes que ocurren de manera desapercibida, como es el caso del siguiente prisionero de la sección de El Calabozo.
Fue en el año de 1989, cuando en el Hotel Magnolia, en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, fue notificada a las autoridades el cuerpo sin vida de una sexoservidora dentro de una de las habitaciones. El asesinato pasó de inadvertido y las autoridades no hicieron caso. Sin embargo este sería el primer feminicidio de una serie en la Ciudad de México.
II. El Huésped del Mal
A partir de 1990, el asesino estuvo muy activo, dejando una estela de muerte en diversos hoteles. El primero fue en el Hotel Colombia, ubicado en República de Colombia. Una prostituta había sido encontrada sin vida en una habitación, al igual que la anterior murió estrangulada, además tenía signos de tortura y tenía un picahielos atravesado en su cuello.
Mientras que en el Hotel Madrid, situado en la Merced, había sido localizado el cadáver de Sandra Padilla Rodríguez, estaba semidesnuda y envuelta en una sábana y oculta debajo de la cama. La mujer murió estrangulada con la correa de su bolso. El crimen fue llevado a cabo el 19 de septiembre. Y ese mismo y fatídico día, Gloria Quinta Hernández había sido encontrada sin vida, con las mismas características, pero en el Hotel Regis.
El 13 de octubre ocurrió otro asesinato, al igual que la víctima del Hotel Colombia, Angélica Contreras apareció estrangulada en la habitación, y con un cuchillo atravesado en el cuello.
Las autoridades comenzaron a investigar los casos y tratar de hilarlos, ya que algunos presentaban las mismas características: mujeres sexo servidoras que eran estranguladas hasta matarlas en hoteles.
Cuando se enteraron del reporte de un masculino que había golpeado a una prostituta en el Hotel Madrid, de inmediato arribaron. Sucedió el 14 de diciembre, y los agentes de la justicia apresaron a Jaime Meza. De esta manera, los policías informaron sobre el arresto de "Jack el Estrangulador", apodo nombrado así por los asesinatos. Pero esto no detendría los crímenes, ya que el 23 de diciembre, había sido encontrada otra prostituta asesinada en el Hotel Vega.
III. Mensaje sangriento
Hubo otro homicidio en 1991, en el Hotel Maya, esta vez la víctima fue una bailarina llamada Reyna María Diez, laboraba en el centro nocturno El Caballo Loco. Ella era conocida como Betty, y al igual que las demás mujeres, había sido golpeada y estrangulada esta vez con sus medias. El asesino dejó un misterioso mensaje escrito con lápiz labial en el espejo, decía "LMB".
Los asesinatos continuaron en diversos hoteles de la Ciudad de México, y fueron los siguientes: Hotel Diana, Hotel Cadillac, y las víctimas representaban el mismo patrón: féminas que laboraban como prostitutas, entre ellas una mesera de un bar de nombre Adela Viviana Cortes Zarate. Ella había sido encontrada desnuda de la cintura hacia abajo, y fue estrangulada con una corbata. Entre las víctimas algunas prostitutas no fueron identificadas en el momento.
Otro perturbador mensaje apareció en el Hotel Glorieta, con el encuentro del cadáver de Claudia Segura, que laboraba como mesera. Las autoridades revisaron el registro, el homicida se había registrado con el nombre de Manuel Salazar, pero posteriormente se descubriría que este nombre era falso.
El estrangulador dejó el mensaje en el espejo, con ayuda de un pintalabios, escribió "Volveré". .
IV. Los asesinatos continúan
Era el año de 1992, y los crímenes de Jack el Estrangulador, seguían causando terror en la ciudad, en especial a las prostitutas y en las zonas hoteleras. Ahora las víctimas se extendían a otras mujeres, como es el caso de Teresa Aguilar apodada "Bomboncito", una joven de 26 años que se dedicaba a vender joyería de fantasía afuera de Metro de Bellas Artes. Ella había sido golpeada, y estrangulada con su propia ropa; el homicida se llevó la ropa de la víctima dejando el cuerpo desnudo. Nuevamente usó un nombre falso para registrarse.
Como suele pasar en el caso de asesinos seriales, hubo un copycat, el asesino que corresponde al nombre de José Enrique Martínez fue el responsable del homicidio de una prostituta llamada Marta Martínez apodada "la Escopeta" en el hotel Magnolia el 10 de octubre. José Enrique supo de los asesinatos seriales e intentó replicarlos. Cuando fue detenido él se autonombró ser el Estrangulador, pero durante los interrogatorios se determinó que él no había cometido los anteriores asesinatos. Se trataba de un imitador.
No obstante, los crímenes continuaron al año siguiente, en 1993.
V. La caída del Estrangulador
En el Hotel Tampico, en marzo de 1993, una víctima más se agregaría a la lista del Estrangulador, sólo que en esta ocasión fue una mujer indígena, y fue encontrada con el mismo patrón de asesinato. El forense determinó que la víctima tuvo relaciones sexuales y después fue golpeada y estrangulada.
El mes de marzo y abril hubo otros dos asesinatos, sin embargo el segundo tuvo otra peculiaridad que no deja de ser un macabro hecho. El 6 de abril, en el Hotel Mexicali, fue encontrada la siguiente víctima que correspondía al apodo de "Estela". Ella no sólo fue golpeada y estrangulada, fue apuñalada en el vientre y el pecho con una botella rota. El estrangulador cometió un acto de carnicería al extraerle el corazón.
Como ya había cometido en otros crímenes, dejó un siniestro mensaje en el espejo: O y C, escritos con lápiz labial y un pentagrama pintado con sangre.
La investigación tuvo conflictos ya que fue arrestado otro imitador: Filadelfo Miranda, intentó estrangular a una prostituta. No se podía determinar si los asesinatos eran ejecutados por un solo homicida o más implicados. Hasta que en el mes de agosto fue detenido el presunto Estrangulador: Agustín Salas del Valle. Confesó ser el asesino de "Estela" y describió con precisión el asesinato.
El caso sigue abierto, ya que no se pudo determinar si Agustín era el autor de los feminicidios cometidos desde 1989 a 1993, aunque con su detención habían finalizado las muertes.
Comentarios
Publicar un comentario