El misterioso payaso del Teatro Caupolican



Ubicado en la calle San Diego, en Santiago de Chile, se alza un antiguo edificio que funge, actualmente, como teatro de la ciudad. Un lugar donde aún se pueden oír aplausos y risas, pero aún se pueden oír después de medianoche, cuando está cerrado y no hay función… el Teatro Caupolican fue inaugurado en 1936 y desde entonces ha sido el centro de entretenimiento de la ciudad.
Fue en el año de 1940 cuando el circo llegó a la ciudad y se instaló en el complejo. "Circo Aguilas humanas" era el título que resplandecía bajo las luces espectaculares, atrayendo a grandes, chicos, ancianos, familias con sus divertidas funciones, y qué decir de los payasos que conseguían robar una sonrisa. Algunos payasos no tenían hogar propio, y tenían que vivir en la calle, dormían como podían en oscuros callejones.
Las monedas que se ganaban servían de sustento para comida.
Llegó el día en que las risas y aplausos se apagaron, el circo cerró sus funciones. En el Teatro Caupolican, el silencio abundó algunos años, hasta que de nuevo fue centro del entrenamiento.
Sin embargo las huellas del pasado no se borran, y es por eso que a veces tiene que hacer acto de aparición.
Algunos asistentes refieren ver de pronto sombras escurridizas que se desplazan hacia los rincones más oscuros. Son avistamientos que pasan de desaparecido, no obstante es el personal de limpieza que se estremecen cuando tienen que cubrir el turno nocturno. Cómo sea, "de día no hay problema, pero en la noche es peor". De repente son asustados por butacas que se caen y hacen estruendo; al momento de buscar el origen del tal estrépito no encuentran nada.
En ocasiones las luces del baño se apagan sin que haya corto circuito.
Pero lo que más atemoriza a los empleados es la aparición de un payaso, refieren, haberlo visto en el área de la cafetería.
Son avistamientos fugaces, los testigos de este suceso describen al ser como un hombre de vestimenta colorida, nariz roja y una peluca de colores. "Cuando lo ves te da la impresión de ser un payaso que forma parte de alguna función, muy normal, hasta que desaparece sin que halle una puerta en dónde pueda entrar o esconderse" dicen algunos empleados.
El ente es atestiguado tanto por el personal como la misma gente del público.
El personal conjetura que el espectro del payaso podría tratarse de algunos de los anteriores empleados del circo Aguilas humanas, "como algunos vivían en la miseria y no tenían en dónde quedarse a dormir, algunos de ellos murieron en la intemperie".
"Es inofensivo, pero si saca sustos con sus apariciones y desapariciones repentinas" suelen decir.

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