Ciudad de Guanajuato, lugar próspero de mucha cultura, y su historia se refleja en las calles y callejones, así como también sus leyendas que se han vuelto un icono tradicional y gracias al descubrimiento de momias que en la actualidad son exhibidas en el Museo de las Momias. Algunas casas, que fueron objeto de siniestras leyendas son usadas como museos, pero hay una en particular, donde la malignidad se respira en sus paredes de concreto.
Ubicada en A Dolores Hidalgo 7, Valenciana, en Guanajuato, se trata de una edificación del siglo XVIII en nombre del Marqués de San Clemente, un empresario dedicado a la explotación de minas en Cata y de Mellado. El Marqués planeó que la casa fuera destinada a su hija.
De acuerdo a las fuentes del Periódico Correo del 2011, la casa fue ocupada por una oficina de correos.
Fue en el año de 1890, cuando el ingeniero minero Tadeo Fulgencio Mejía compró la casa donde vivió con su esposa María Constanza de la Rivera Olmedo. Es aquí donde surge la leyenda que ennegreció la casa que alguna vez fue hogar de alegría de un matrimonio.
Los restos óseos fueron encontrados en la vivienda y aún se desconoce el número preciso de víctimas que mató Tadeo. Algunos de los restos habían sido incinerados, y otros fueron usados en misas negras y experimentos para conservar el cuerpo, al parecer él buscaba conservar el cadáver de su esposa. Cuando Tadeo fue descubierto como culpable, recurrió al suicidio disparándose en la cabeza.
Pero las almas de las víctimas, sacrificadas en oscuros rituales, se manifiestan lanzando gritos de auxilio, solicitando que alguien los libere de aquella casa maldita.
Como se mencionó con anterioridad, La Casa de los Lamentos funciona hoy como museo donde se ofrecen recorridos incluyendo el sótano que tiene calabozos y se presume fueron usados para mantener presas a las víctimas del asesino Tadeo Fulgencio. El lugar tiene objetos y maniquíes que representan cada escena de la leyenda mientras un guía explica los acontecimientos.
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