Reseña: El Hoyo


¿Hasta dónde estás dispuesto con tal de sobrevivir? Dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia y desde España, llega a  la plataforma Netflix una nueva cinta de Ciencia Ficción y Distopía: El Hoyo. Una cinta que ha llegado el segundo lugar en ser de las películas más vistas y que ha generado reflexión en los espectadores en especial por la pandemia del Covid-19, el encierro y el consumo desmedido.
   Goreng es el nuevo prisionero en nuevo modelo de cárcel: un largo edificio vertical. Cada piso es en realidad una celda compartida por dos prisioneros. El suelo es atravesada por un largo y profundo pozo de forma rectangular, y una vez al día una mesa arreglada, a manera de banqueta desciende en forma de plataforma. 
   Cada día es lo mismo pero Goreng se pregunta: Si en cada piso hay dos prisioneros, ¿cuántos pisos hay en la profundidad del Hoyo? Si la mesa está limitada con ciertos alimentos, ¿realmente alcanzará para todos, aunque se desconoce cuántos más habitan abajo?
   Es una incertidumbre que no lo deja en paz pero a la vez Goreng piensa en el otro, ¿qué pasará con los otros? Él comparte celda con un hombre mayor de edad que le explica el funcionamiento de la prisión. El principal conflicto consiste en que cada mes a los prisioneros los cambian de piso, lo que implica que ya sea que asciendan de piso o descienden a niveles más inferiores. Si la comida escasea, ¿qué sucederá con la gente que habita más abajo? La locura y la desesperación es un germen que termina brotando en aquellos que descienden. 
   Goreng no solo tratará de sobrevivir sino en cómo convencer a los demás que deben de racionar la comida para que todos alcancen. 
   La película nos lleva a reflexionar la naturaleza destructiva del ser humano cuando se ve expuesto a las crisis, y no solamente en el Coronavirus (la Pandemia es el pretexto perfecto para manifestar las conductas más egoístas con tal de sobrevivir sin importar exponer en riesgo a los demás) sino en cualquier crisis que ha golpeado a las grandes sociedades. 
    "Solo hay tres tipos de personas: los que están arriba, los que están a abajo y los que deciden saltar" menciona el viejo compañero de celda de Goreng. Efectivamente las crisis son desatadas "por los que están arriba", de alguna manera esto representa a la clase social, a la burguesía que acaba y explota los recursos dejando expuestos "a los de abajo" con la escasez; mientras que los de abajo solo piensan en una cosa: subir, ser como los de arriba y cuando lo hacen olvidan en qué lugar y posición se hallaban, apasionados por la ambición de querer más. Y acaso ¿esto no ocurre con la gente de la clase social "de abajo" entendida como clase media? Aquellos que anhelan ser una clase superior y actuar con la misma imprudencia que en este caso es la explotación y querer fregar a los demás, solo importa el consumo propio. 
    Y realmente que desesperante es hallarse en una situación en la que no hay nada para vivir, ni siquiera para sobrevivir, por consiguiente se piensa en lo siguiente: comer o ser comido o definitivamente suicidarse. ¿Cuántas personas no han pensando en el suicidio cuando lo han perdido todo?
    No obstante las crisis así como expone lo peor, también pueden sacar lo mejor de nosotros. Goreng intentará recurrir a algunas estrategias para sobrevivir y ayudar a los que están más abajo aunque para ello deba bajar al mismo hoyo y conocer lo peor. 
    En definitiva es una película que no se deben perder, pero no se trata de una película de entretenimiento o de acción apurada, sino que invita a reflexionar sobre cómo actuamos ante las crisis.

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