"Nadie vive cerca de esta casa; nadie quiere vivir cerca de aquí. De modo que nadie los oirá si gritan..."-Shirley Jackson, "La Maldición de Hill House".
En las profundidades del bosque de Summerwind, en Wisconsin, existió una mansión que inició como una cabaña de pesca, pero nadie se imaginaría que en sus tiempos de esplendor fue la pesadilla de dos familias.
En 1916 la cabaña de pesca, que jamás fue ocupada para esto, fue elegida para ser la "Lamont Mansion", destinada a Robert P. Lamont, Secretario de Comercio de los Estados Unidos durante la presidencia de Herbert Hoover. La casa estaba a orillas del lago West Bay y fue renovada en un período de dos años. Lamont la usaría como casa de verano y despejar su mente de las presiones en su trabajo en Washington D.C.
La familia Lamont habitó la residencia durante 15 años, en aquel período la servidumbre reportaba a Lamont sobre situaciones sobrenaturales, pero él los ignoraba aludiendo que era una construcción reciente. Hasta que él mismo comprobó sobre la existencia de los fenómenos... un día, cuando entró a la cocina, se encontró una figura que se deslizó con rapidez. Buscó su arma de fuego y reaccionó buscando al presunto intruso, sin hallar pista alguna. Esta experiencia dejó una huella honda en la mente de Lamont, jamás volvió a la Mansión Lamont.
Robert P. Lamont se resistía a vender la residencia, aunque jamás regresó a ella. Fue en la década de los 70's cuando la casa se puso en venta y los nuevos propietarios eran la familia Hinshaw. Ellos desconocían el infierno que estarían a punto de vivir en aquella casa.
Arnold y Ginger se mudaron junto con sus hijos a la nueva propiedad, ahora llamada "Summerwind Mansion". Desde el primer día de mudanza vivieron su experiencia sobrenatural. Las puertas se cerraban solas sin la intervención de alguien. En ocasiones atestiguaban como algunas sombras se manifestaban en las habitaciones, pero sus avistamientos eran fugaces y no podían explicarse la razón.
Una de las apariciones más desconcertantes, y al mismo tiempo macabra, fue cuando los Hinshaw vieron la manifestación de una mujer en el pasillo. Realizaba extraños movimientos como si se balanceara.
Con todo y fenómenos paranormales, los Hinshaw se resistieron a abandonar su hogar, sino mas bien preservarlo, especialmente al tratarse de un monumento histórico. Como plan de renovación, solicitaron trabajadores para hacer los arreglos. Sin embargo los empleados se resistían a acudir a la Summerwind Mansion, alegaban tener alguna enfermedad cuando en realidad delataron saber sobre el embrujo de la mansión.
Ante la negativa de los trabajadores, ellos mismos decidieron llevar a cabo la labor de reconstrucción. Arnold Hinshaw estaba pintando un armario cuando al recorrerlo para pintar la parte posterior, descubrió un boquete en la pared. Dentro no se distinguía nada y pidió una linterna a su esposa. Al iluminarlo distinguió un extraño bulto al que no lograba discernir bien qué era. Arnold pidió a la hija menor que ingresara al boquete y pudiera contemplar mejor, pensando que quizás se trataba de un animal muerto. La niña obedeció pero al hacerlo lanzó un grito de terror. La menor reveló que lo se hallaba en aquel boquete no era un animal, sino los restos óseos de un humano... descubrió un cráneo humano con restos de cabello adheridos a la carne seca.
A pesar del hallazgo, la familia Hinshaw jamás denunció a las autoridades. Pensaron que con ese descubrimiento habían resuelto el embrujo de la mansión Summerwind y se liberarían de todo fantasma, pero solo fue el inicio de otra pesadilla.
El comportamiento de Arnold comenzó a cambiar hasta mostrar signos de ansiedad hasta el grado de tener que ser internado. En cambio Ginger tenía episodios de intento suicidas. El matrimonio se disolvió y la casa quedó en el abandono. Los hijos del matrimonio permanecieron con Ginger y vivieron en casa de los padres de ella.
Ginger encontró el amor nuevamente en otro hombre y fueron pareja. El padre de Ginger, el señor Raymond Bober estaba interesado en convertir la casa de campo en un restaurante para turistas. Antes de adquirir los derechos de la propiedad, Ginger advirtió a su padre sobre el embrujo de la casa y del descubrimiento del esqueleto en el agujero de la pared. Cuando su pareja fue a revisar, no encontró el famoso cadáver. Los rumores se desataron de que supuestamente el cadáver desapareció por obra de los espíritus de la casa... o que solo fue un invento de los Hinshaw. Aunque en realidad se desconoce la razón de por qué el matrimonio no denunció a las autoridades.
El padre de Ginger desistió en su idea de realizar el restaurante y Ginger no compró la casa, quedando en completo abandono. Así permaneció la Mansión Summerwind, siendo consumida por la naturaleza, la humedad y el musgo. Formó parte de las leyendas de Wisconsin hasta que una noche de verano de 1989, durante una noche tormentosa, un rayo aterrizó sobre la casa. Quedó reducida a un montón de cenizas. El misterio del rayo es un fenómeno que aún no se explica porque si bien los árboles funcionan como pararrayos, existían árboles más grandes alrededor de la cabaña y solo la propiedad fue destruida. ¿acaso los mismos espíritus de la casa destruyeron la maldición de Summerwind?
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