En 1930 la hambruna desoló a las aldeas más marginadas de Ucrania, dejando los cadáveres amontonados en las calles. El horror aumentaba día tras día hasta volverse común ver a la muerte andar en aquellos lares. La desesperación obligaba a algunos aldeanos a cometer actos aborrecibles, entre ellos el canibalismo. Entre este mundo decadente nació Andrei Románovich Chikatilo el 16 de octubre en 1936. El padre había sido presa por el ejército nazi. Su madre lo había criado junto con su hermana. Ella solía platicarles que tuvieron un hermano mayor pero que había sido asesinado y devorado por caníbales.
En la realidad se desconoce si esto es un hecho verídico (ya que sí había reportes de asesinatos por antropofagia) no se pudo comprobar la muerte del hermano de Andrei, incluso no hay documento que avale la existencia de este supuesto hermano. Al parecer este hecho le ocasionó un gran terror y lo dejaría marcado. Se conjetura que este hecho traumático pudiera estar relacionado con sus futuros homicidios.
Tenía problemas de miopía, defecto visual que se resistía a aceptar hasta que cumplió los 30 años. Durante su infancia fue víctima de humillaciones y maltrato por parte de sus compañeros de escuela. Le costaba trabajo socializar y además padecía de enuresis nocturna, condición que lo acompañó hasta a los 12 años. Su timidez era su principal causa para relacionarse con mujeres y manifestaba problemas de erección, produciendo eyaculación prematura en su primera relación sexual.
Pero eso no era impedimento para desarrollar su inteligencia, ya en su etapa de adulto estudió cuatro carreras: Lengua, Literatura Rusa, Ingeniería y estudios en Marxisismo-Leninismo y obtuvo su diploma como maestro. Iba a estudiar Derecho pero suspendió su examen de admisión. Participó como soldado en ejército soviético y posterior a eso se dedicó a sus estudios.
Se dedicó a la profesión de la docencia, ámbito en la que mostraba un extraño comportamiento, puesto que no se sus alumnos tendían a agredirlo y humillarlo. Le apodaban "El Ganso" debido al tamaño de su cuello que se alargaba al hundir sus hombros. A pesar de sus profesiones era tratado como un tonto y sus alumnos tendían a insultarlo con términos despectivos como "maricón". Lo increíble de todo es que no se defendía, por lo que llevaba un cuchillo consigo.
Sus problemas de impotencia sexual continuaron aún en su matrimonio. Solo conseguía eyacular pero no mantener su pene erecto. Su esposa era quien lo sometía a los órdenes y reclamaba el problema de flaccidez. Sin embargo, fue en esta etapa cuando comenzó a manifestar las primeras conductas psicopatológicas, la primera de ellas fue que despertó en él un deseo sexual por las menores de edad. Este deseo lo impulsó a salir a merodear por las casas y asomarse por las ventanas de los dormitorios, pretendía ver a las niñas desnudarse mientras se masturbaba con la mano oculta en sus bolsillos. Poco después comenzó a mostrar interés en el Comunismo y desarrolló una fijación que rayaba a lo enfermizo hacia los ideas políticas.
El deseo sexual hacia los menores aumentó, situación que le acarreó problemas cuando perdió su empleo en la escuela tras ser señalado por hostigar sexualmente a los alumnos. Y fue en 1978 cuando cometió su primer homicidio. Su víctima fue una niña a la que convenció ir con él a una cabaña abandonada y ahí intentó violarla. Al lastimarla y ver que sangraba sintió algo que no había experimentado anteriormente: erección. Había asociado la sangre con el deseo sexual. Extrajo el cuchillo y comenzó a apuñalar a la pequeña hasta arrebatarle la vida en medio de un orgasmo. Arrojó el cuerpo sin vida al río Grushovka, donde dos días después la policía la encontraría.
Las autoridades habían encontrado las manchas de sangre cerca de la cabaña de Chikatilo, pero no pensaron que fuera él quien mató a la pequeña, ya que lo consideraban un impotente sobajado por su esposa.
En su nuevo empleo, funcionario en una fábrica, le permitía moverse a diferentes lugares y así conocer nuevas victimas...
En 1981 volvería atacar, esta vez a una joven de 17 años a la que convenció de tener relaciones sexuales en el bosque. En el acto, Chikatilo no consiguió tener erección lo que provocó la risa de la joven quien pagaría caro. Él no soportó la burla y la atacó asfixiándola. la mordió en su cuello, sus pezones a los que arrancó y después eyacularía en su cadáver. Cuando escuchaba los gritos, eso lo encendía sexualmente.
La tercera víctima se trató de una niña a la que raptó de una villa. La acuchilló cuarenta veces y le mutiló los ojos. Dejó el cuerpo en el bosque.
Los asesinatos continuaron, entre ellos a un niño de 9 años, aunque su cuerpo nunca se localizó, Chikatilo presumía de haber cometido más homicidios pero no todos los asesinatos estaban comprobados.
La noticia de un asesino serial había atraído a los medios de comunicación que no tardaron en esparcir la información sobre los crímenes. Todas las víctimas eran menores de edad, niños que huían de casa o con discapacidad intelectual. Los cuerpos eran hallados en el bosque con agresiones sexuales, apuñalados más de 30 veces, miembros mutilados y especialmente aparecían sin ojos, acción que realizaba cuando aún estaban vivos, al parecer era la firma del asesino. A las adolescentes les arrancaba los pezones a mordidas. Cuando no conseguía tener una erección las golpeaba en la cara y el semen expulsado lo derramaba en una ramita que usaba como "prótesis" de su pene. Además seccionaba el útero de su víctima. El corte era tan limpio que las autoridades habían sospechado de un cirujano.
En su captura declaró que devoraba "las partes más blanditas" del cuerpo de sus víctimas. Sus asesinatos se extendieron hasta en 1984 hasta que había sido capturado en el mercado de Rostov. Su perfil encajaba con el sospechoso, pero al momento de analizar las muestras de semen, compararon el análisis de su sangre y descubrieron que Chikatilo no coincidía con la muestra de evidencia.
Una vez más fue detenido pero esta vez tras ser acusado por robo de un rollo de linóleo en su oficina. De nuevo tomaron una muestra de sangre y la compararon con la evidencia del semen y nuevamente no coincidían las muestras. Iba a ser sentenciado por el delito de robo pero fue liberado.
Los últimos homicidios se cometieron entre los meses de octubre y noviembre de 1990, esta vez cerca de la estación Donlesjoz. Activó a las autoridades que enviaron agentes a investigar en la zona. Finalmente, fue capturado cuando un policía detectó su presencia al verlo con un dedo vendado y una mancha de sangre en la mejilla. Cerca de la zona donde fue visto, en la zona boscosa fue hallado otro cadáver.
Cuando se comparó, una vez más, la muestra de su sangre con la muestra de semen esta vez sí coincidió. Al principio negó sus crímenes hasta que terminó por compartir sus crímenes con el psicólogo. En la declaración alegaba de sufrir trastornos mentales y que requería ayuda, atribuía sus impulsos sexuales a un desorden mental. Los psiquiatras forenses concluyeron que los homicidios no fueron a consecuencia de episodios psicóticos, sino que fueron premeditados y el asesino tenía conciencia de sus actos.
En 1992 inició su juicio, encerrado en una jaula mientras la prensa tomaba fotografías. Aprovechó la oportunidad para sacar su miembro y tratar de convencer de su impotencia al declarar: "¡Fíjense qué inutilidad! ¿Qué piensan que iba a hacer con esto?"
Fue declarado culpable en 1994 y sentenciado a pena de muerte.
Comentarios
Publicar un comentario