Charleston: La prisión infernal


Entre los lugares que contienen maldad son precisamente las prisiones, sitios donde contenían a las mentes más perversas y criminales. ¿Cuántas historias no se cuentan detrás de sus paredes? Asesinatos entre reos, traiciones, violaciones, personas inocentes que quizás eran la presa favorita de algunos criminales. 
   Personas culpables que se convirtieron en monstruos en la escuela del crimen. En vida fueron las más peligrosos, pero ahora de muertos se convirtieron en algo peor... En esta ocasión les hablaremos de una antigua prisión ubicada al Sur de Carolina, en Estados Unidos. 
   

La prisión de Charleston se encuentra en la ciudad del mismo nombre, fue construida en 1802 y dejó de funcionar como prisión en 1939. El lugar cuenta con cuatro pisos y una torre octagonal. En su interior se encerró a cientos de criminales, entre ellos piratas del siglo XIX, prisioneros de guerra y a una asesina que sería la primera mujer en ser una asesina serial: Lavinia Fisher. 
   Ella se había casado con John Fisher y ambos administraban una posada, en Charleston, donde asesinaban a los huéspedes adinerados para robarle su dinero. Lavinia los drogaba con un té que contenía sedante y el esposo procedía a asesinarlos. Un sobreviviente de sus crímenes escapó de ellos y los delató con las autoridades locales. Los dos fueron ejecutados en la horca no sin antes burlarse. Lavinia dijo "Si tienes un mensaje, para enviar al infierno, dámelo y yo lo llevaré". El cuerpo de esta asesina fue sepultado en el cementerio de la prisión. Hay quienes aseguran haberla visto cerca de su tumba por las noches. Además se le atribuye de ser quien desaparece los objetos de valor dentro de la cárcel.
   Ella no es el único fantasma, hay otros prisioneros que suelen aparecerse, en las noches, especialmente en los corredores o celdas. Los empleados de seguridad refieren escuchar voces en los pasillos, sobre todo gemidos en las celdas vacías. 

   El montaplatos de repente se escucha que se enciende, recorriendo los niveles. Al acercarse se descubre que el montaplatos en realidad está fuera de servicio.
   Cuando se hicieron los trabajos de remodelación, en el año 2000, el edificio se mantuvo sellado para evitar la contaminación de pintura de plomo. A pesar de que estaba solo, los obreros habían descubierto huellas de pies en el piso empolvado, siendo que ellos sabían que no debería de haber personas en aquel lugar. 
   En una ocasión, durante las labores de remodelación, los empleados se habían aterrorizado cuando vieron a un hombre con vestimenta de como un guardia de seguridad, armado con un rifle. La aparición fue vista en el tercer piso y se creía que se trataba de un guardia de verdad, para solo desaparecer un instante. 
   Actualmente el lugar fue adquirido por el departamento de arte. Organizan recorridos turísticos, los invitados pueden fotografiar mientras se les conduce por las oscuras áreas. 
   Se cuenta que uno de los turistas, una mujer, fotografió en el segundo piso, justo en el lugar donde estaban el matrimonio Fisher. En una de las fotos, sin flash, las publicó en sus redes sociales, solo para descubrir que aparecen dos rostros en el fondo de la imagen. 
   Quizás puedas visitar la prisión de noche y encontrarte con algunos de los antiguos prisioneros. 
   


   

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