"Los gays solo exhiben sus preferencias sexuales para llamar la atención", ¿cuántas veces no hemos escuchado este tipo de frases? Donde hacen suposición de que declarar las preferencias sexuales solo lo hacen por escándalo o por el hecho de relacionarlo con prácticas depravadas o desviación sexual. Lamentablemente es una frase que solo refleja la ignorancia en cuanto a la comunidad LGTBI se refiere. Si no se hacía público, hace siglos, la orientación sexual eran por las repercusiones sociales y legales que conllevaba.
Es cierto que en México, durante la presidencia de Porfirio Díaz, no existía ninguna ley que condenara la homosexualidad, no obstante se malinterpretaba el Código Penal de 1871 en la que se sancionaba cualquier práctica que fuera en contra de la moral y las buenas costumbres, por lo que fue el argumento para hacer cacería, como a las brujas, en personas con orientación sexual ajena a la heterosexual.
El Baile de los 41 no solo se trata de una película de romance gay, sino un fragmento de la historia de México, cómo se encubría la homosexualidad a consecuencia del gobierno, especialmente cuando los integrantes eran hombres de la clase burguesa y culmina en tragedia. La cinta no tiene como finalidad imponer ningún sistema de pensamiento o una ideología como algunos ortodoxos aseguran, sino de comprender las razones por las que hoy, más que nunca, se exige tolerancia a consecuencia de represiones con aura de ignorancia. Además la trama nos explica la razón de por qué se nombró "el baile de los 41".
No era que en el siglo XIX no se atrevieran a declarar su homosexualidad por ser "respetados y discretos" sino las persecuciones que siempre han conllevado. El castigo que culmina por no tener los mismos gustos de una sociedad conservadora e hipócrita en cuanto a sus costumbres.
La película carece de escenas explicitas, mas bien en cuanto a sexo se refiere es "light", porque la trama se enfoca en la doble vida de Ignacio de la Torre, yerno de Porfirio Díaz, se encuentra atado a un matrimonio forzado en donde no hay amor, ni mucho menos atracción sexual. Por el otro lado una vida desahogada en excesos y hombres, pero uno hombre en especial hará despertar algo íntimo en él.
Retrata como la clase burguesa puede manipular el sistema para declarar qué está bien y qué está mal bajo su propia conveniencia, en cambio encubre a seres allegados para no manchar su nombre de vergüenza. Dos siglos después esto no ha cambiado, es cierto que hay publicidad y mercadotecnia hacia la comunidad LGTBI, pero eso no quiere decir que aún existe un conservadurismo que se resiste a perder sus privilegios.
El baile de los 41 es un ejemplo histórico de eventos posteriores que dejan una huella que el sistema intenta borrar (digo, hasta la fecha el arresto de los 41 no es algo que se menciona en los libros de historia general de México): los ataques en Stonewalll que pondrá de manifiesto la liberación gay, de una sombra de repercusiones y sangre de aquellos que están hartos de esconderse por una sociedad intolerante e injusta.
Bienvenido al baile de los 41, entre y sea usted mismo, sin prejuicios y tapujos.
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