Un tendero, retirado, despertó al escuchar el timbre de la puerta. Desconcertado por la hora, se aproximó abrir y cual sería su sorpresa al encontrarse con un hombre armado que procedió a dispararle. Este fue uno de los tantos asesinatos cometidos por Eric Edgar Cooke, originario de Australia. Se ganó el sobrenombre de el Visitante Nocturno, debido a los robos de casa al introducirse en ellas por las noches y asesinar a algunos de sus habitantes. El Visitante nocturno se convirtió en el terror de la ciudad de Perth entre 1958 a 1963.
Los homicidios variaban, entre las víctimas figuraban apuñaladas, atacadas con hachas, armas de fuego, asfixia. No había un método conciso, parecieran más arranques impulsivos. De acuerdo a estos patrones de comportamiento, apuntan a una personalidad con poco o nulo control de los impulsos. Por la salvajidad de los homicidios, parece indicar también un acto de desprecio y odio, sentimientos que tienen su origen en la infancia de este asesino múltiple.
Eric Edgar Cooke nació el 25 de febrero de 1931 en los suburbios de Victoria Park, en Perth. Tenía labio leporino y paladar hendido, factor principal que sería la causa de sus episodios agresivos al ser rechazado por algunas personas y también burla de éstas.
Fue el primer hijo de tres hermanos. El padre figura como siguiente factor, y quizás el central, al manifestar un comportamiento violento hacia el pequeño Edgar. Nunca se supo la razón de este tipo de trato, el padre lo agredía con golpes y se sospecha que estos actos eran producidos a consecuencia de episodios de arrebato. La agresividad irreprimible en el señor Cooke aumentaba con el problema de alcoholismo que se había convertido en un vicio.
Estando intoxicado, golpeaba a la madre, Eric intentó detener la golpiza pero recibió, en su lugar, la descarga de agresividad.
A causa de su labio leporino, el menor recibía tratos injustos por parte de sus compañeros escolares, era víctima de burlas y bromas. Más adelante fue sometido a una cirugía de reeconstrucción, pero quedó una leve deformidad que producía murmullos al intentar hablar. Después de terminar sus estudios en primaria y secundaria, tuvo trabajos temporales.
Estos factores se acumularían para detonar en Eric un criminal en potencia. Edgar asistió a una audición para formar parte del coro de la iglesia local, pero tras ser rechazado nació en el primer impulso que lo conduciría a una carrera de delincuencia. Eric se vengaría al incendiar la iglesia. No hay registro de personas lesionadas, solo daño a propiedad ajena.
Durante su adolescencia, las conductas antisociales derivaron en robos y allanamiento de morada. A la edad de 21 años intentó formar parte de las Fuerzas Armadas Permanentes. No obstante, se le descubrió el historial delictivo y fue dado de baja tres meses después de haber ingresado. Una vez más el rechazo figura en el historial de Cooke.
Un año después conoció a Sara Lavin, una mesera con la que se desposaría en la iglesia metodista. Tenían pensado tener siete hijos. Uno de sus hijos desarrolló retraso mental, mientras que otro nació con un brazo deforme.
Aunque estuviera casado, un sentimiento de odio y desprecio empujaba a Cooke a cometer una serie de delitos en Perth que iban en aumento hasta terminar en homicidios.
Fue el 27 de enero de 1963, cuando Cook, armado con un rifle de 22 pulgadas, asesinó a distintas personas. Entre las víctimas figuran una pareja que estaban estacionados en Cottesloe. El siguiente fue un contador que dormía en su apartamento. Cook allanó la morada y le disparó mientras dormía. Un estudiante de 18 años también fue acribillado mientras dormía en una pensión. Otra víctima fue el tendero que fue baleado al atender el timbre sonando de su casa. Este último asesinato ocurrió a una calle donde se hospedaba el joven estudiante.
Todo Perth estaba desconcertado, nadie sabía quién era el terrible asesino, mientras las autoridades se esforzaba por encontrar al responsable. Quince días después aparecieron otras dos víctimas. La policía capturó a un inocente, correspondía a Brian William Robinson, que fue enjuiciado y enviado a la horca.
Sin embargo los asesinatos en Perth volvieron. El primero de ellos fue en febrero, una trabajadora social fue acuchillada en West Perth. Los otros homicidios ocurrieron en el mes de agosto de ese mismo año.
Cook no solo asesinaba, robaba autos y los conducía a carreteras donde causaba destrozos y los devolvía a sus propietarios que serían acusados de los destrozos y posteriormente multados.
Entre las nuevas víctimas figura una adolescente que cuidaba niños, recibió un tiro en la cabeza. Cooke dejó el arma en el lugar, escondiéndolo y eso fue la causa de su captura. Las autoridades hallaron responsable a Cooke de otros asesinatos ocurridos en diferentes puntos de Perth.
En noviembre se llevó a cabo el primer juicio. El abogado defensor alegaba incapacidad mental por parte de su cliente, aprovechó el historial de infancia para justificar que la violencia ejercida por su padre y el rechazo y las burlas de sus compañeros provocaron un trastorno mental, apuntando hacia la esquizofrenia. Sin embargo, un médico psiquiátra descartó tal enfermedad, con este dictamen el asesino no solo sería acusado, sino que ya firmaba sentencia de muerte.
Cooke confesó ser el autor de homicidios, robo a casa habitación, allanamiento y atropellos. Las declaraciones de este asesino contenía inconsistencias e irregularidades. Con la confirmación de los homicidios, fue suficiente para que Cooke fuera enviado a la horca.
De manera curiosa, la ejecución de Eric Edgar Cooke fue la última, pues la pena capital se abolió en 1984.
ANÁLISIS DEL CASO
Si bien, Eric Edgar Cooke no entra en la categoría de asesino serial, debido a los asesinatos aleatorios - las víctimas no reunían un perfil al ser tanto menores de edad, mujeres y hombres adultos- y carencia de un método preciso, poseía un nivel de inteligencia promedio que le permitía cambiar las armas de fuego cuando atacaba. Esto con la intención de desorientar a las autoridades y que no hubiera una asociación de la misma arma.
Como se mencionó, Cooke carecía de un método de selección de víctimas, todas eran al azar aunque los asesinatos eran premeditados y fugaces. Usar el arma de fuego nos indica que solo buscaba cometer una muerte rápida e indolora, como también aprovechar que la mayoría de las víctimas dormían. No obstante, la muerte de la trabajadora social fue de los pocos donde ejerció tortura al usar un cuchillo. La estrategia de allanamiento y robo eran el mismo: ingresar por las noches. Hay que considerar que en aquella época, las casas no contaban con sistema de seguridad como ahora. Por ejemplo los autos robados aún tenía la llave puesta en el contacto.
Recurriendo al historial, la deformación labial, mejor conocida como labio leporino, causó en el joven Cooke una baja autoestima y sentimiento de inferioridad al ser rechazado por sus compañeros. Este último sentimiento se ve reflejado en su vida personal, por ejemplo el no concluir con sus estudios, falta de establecimiento de metas, búsqueda de medios para superarse así mismo. De manera simultánea, este sentimiento generaba odio y desprecio por aquellos que lo habían rechazado, reaccionando de forma impulsiva que derivaba en destrucción heterogénea (la iglesia en llamas), los robos y allanamiento.
Parte de los episodios impulsivos de su padre, pudo haber influenciado en Cooke durante en su infancia. Cooke era víctima de golpes sin motivo de su padre. Se especula que estos arranques pudieran estar asociados hacia un rechazo a Eric por su deformación labial, lo que esto nos hace pensar en un violento repudio al menor por no coincidir con un "hijo ideal", convirtiéndose, para el padre, un objeto de rechazo.
Desde una perspectiva psicoanalitíca, se puede pensar que la imagen del padre se convierte en un objeto persecutorio inconsciente que generó una herida narcisista en Cook, a la vez que la agresividad se introyectó como una forma de erotización sádica. Esta misma herida produce descargas de pulsiones destructivas dirigidas al exterior, por ejemplo incendiar la iglesia cuando fue rechazado en la audición.
Los robos durante la adolescencia nos habla de actos de desprecio, producidos por la inferioridad en la imagen herida.
Cuando Cooke se casa y se convierte en padre de un niño con retraso mental y de otro con brazo deforme, inconscientemente esta imagen se renueva generando en él la persecusión, pues cabe pensar también en una identificación-proyectiva con el Padre y fijación erótica-sádica reflejada en la satisfacción de daño de propiedad ajena y homicidios. La descargas de pulsiones agresivas se desplazan hacia otros objetos mediante actos criminales y proyecta en ello el odio mortal hacia al padre.
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