El Aparecido de la Plaza Mayor


En el siglo XVI, durante la época del Virreinato en la Nueva Esápaña, tuvo lugar un misterioso e increíble suceso que aún en la actualidad no se ha encontrado respuesta alguna. No solo se trata de una leyenda, sino de un acontecimiento carente de explicación lógica. 
    Está a punto de conocer la leyenda del Aparecido de la Plaza Mayor, es de las pocas leyendas que se cuenta con sustento a través de documentos. Fue el Fraile Gaspar de San Agustín que, en 1698, compartió la historia atribuyéndola a la brujería. 
  Quizás el título le haga pensar en una manifestación sobrenatural o divina, pero el nombre corresponde a un hombre de carne y hueso, un hombre vivo. En octubre del año de 1593, la Plaza Mayor (actualmente Plaza Constitución o "El Zócalo") tuvo lugar la aparición de un extraño y pintoresco personaje que dejó desconcertada a la población. 
   Se trataba de un hombre, en edad madura, vestido con el uniforme de la guardia de Manila, en las Filipinas. La gente que circulaba por la plaza miraba con sorpresa y suspicacia al soldado, pues su uniforme no coincidía con la de los soldados de la Nueva España. Hasta que fue abordado por guardias de la plaza e interrogaron que hacía ahí. Él simplemente respondió que "Estaba haciendo guardia en el Palacio de Manila cuando de repente se sintió mareado y se recargó para descansar. Cuando cerró los ojos y al abrirlos nuevamente se encontraba en esta plaza". La respuesta del soldado filipino no convenció del todo a los guardias. Pero otra noticia habría dejado un mal sabor de boca a los presentes: el gobernador (originario de España y caballero de la Orden de Santiago) de Manila Gómez Peréz Dasmariñas murió. Fue asesinado a manos de piratas chinos a unos kilómetros de Manila, sobre el mar. 
  Nadie de la Nueva España, ni las máximas autoridades, sabían de esa noticia. El hombre fue escoltado hacia el tribunal de la Santa Inquisición. Nadie creía que ese hombre se habría trasladado de una manera inexplicable sin haber llegado en barco. En efecto, en los muelles no existía registro alguno de la llegada de alguna embarcación originaria de las Filipinas. 
   El guardia de Manila fue sometido a un duro interrogatorio, las autoridades estaban convencidos de que se trataba de algún desertor y un brujo al recurrir a las artes negras para transportarse de un lugar a otro. 
   Finalmente se le sentenció a permanecer preso en los calabozos de la Santa Inquisición. No obstante, un galeón de las Filipinas abordó a los muelles para compartir la siguiente noticia: el gobernador Goméz Peréz Dasmariñas murió en una revuelta por los chinos esclavizados en la nave. Se encontraba navegando hacia Isla Caca pero tuvo dificultades para rodear la isla Punta del Azufre a causa de los fuertes vientos. Se vio en la necesidad de mandar a anclar y pasar la noche ahí, momento que fue aprovechado por los chinos esclavizados, que en realidad eran piratas. Saquearon la nave y asesinaron al gobernador, huyendo con el galeón pero fueron capturados -algunos de ellos- en Manila. 
   La noticia dejó sorprendido a las autoridades, pues fue exactamente lo mismo que dijo aquel misterioso guardia filipino. Cuando verificaron la fecha de defunción coincidió con la información, en efecto el gobernador murió un día antes de la aparición del guardia. Las autoridades procedieron a liberarlo y concedieron un barco que lo llevara de vuelta a las Filipinas. 
   El suceso se ha registrado por parte de Fray Gaspar de San Agustín, a su vez la narración fue recogida por el escritor y folclorista Luis González Obregón en su libro "México Viejo: Noticias Históricas, Tradiciones, Leyendas y Costumbres". Posteriormente el folclorista Thomas Alibone Janvier se enteró de la leyenda y la reescribió en su propia obra como "Leyenda del Espectro Viviente". 
   Aún en nuestra época se desconoce el misterio de la aparición del guardia de Manila en la Plaza Mayor.

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