Los Niños de Ilfurt: Un Caso de Posesión Diabólica


 La figura del infante, en el género del Horror, cobra importancia para generar estremecimiento. ¿Acaso no es aterrador ver como la inocencia es corrompida por la maldad? Como lo es el siguiente caso que estamos a punto de describir. 
   El caso de los Niños de Illfurt se basa en documentos archivados en la iglesia de Illfurt, localidad que se encuentra al sur de Alsacia, en la ciudad de Mulhouse. Tambien redactada por el párroco Rererendo Bray de la pequeña comunidad. Ocurrió en el año de 1864 y el diabólico suceso tuvo final en 1864. 
   

Quizás la Ciencia y la medicina moderna brinde explicaciones, esclareciendo que se tratan de enfermedades mentales o efectos de alguna sustancia actuando en el Sistema Nervioso del sujeto, como hace siglos (especialmente en el XVI) cuando se creían que los malos espirítus tomaban posesión de las personas y era mediante un ritual de exorcismo para liberarlas, lo mismo en remotas culturas y sociedades primitivas no cristianas pero que comparten un sistema de creencias paralelas. Hasta que la Ciencia brindó una luz en medio de tanta oscuridad de ignorancia y ofreció respuestas más racionales. Sin embargo, ¿la Ciencia puede brindar respuesta a todos estos casos que rayan en lo insólito? Nuestro conocimiento continúa siendo limitado y es imposible obtener todas las respuestas a menos que se cambien algunos paradigmas. Mientras tanto lo desconocido acecha en los rincones más inhóspitos. El Mal puede ser tan aterrador como el hecho de corromper a dos inocentes para transformarlos en seres demoníacos. A continuación, está a punto de leer uno de los casos de posesión satánica registrado hace más de dos siglos.  
   Las víctimas de la posesión fueron los niños Thiubault y Joseph, hijos del matrimonio Bürner. El padre de familia, Joseph Bürner, se dedicaba al comercio mientras que la madre Ann Marie cuidaba a los cinco hijos. Thiubault era el hijo mayor, de 8 años. Ambos hermanos eran descritos como niños ordinarios: inquietos, estudiaban en el colegio y con tendencias a enfermarse. 
  Fue en el otoño de aquel 1864, cuando los dos cayeron gravemente enfermos y se desconocía su causa. Los padres recurrieron al médico de la localidad que ignoraba por completo los síntomas en los menores. Por ejemplo, Thiubault adelgazó rápidamente. Sin hallar causa ni tratamiento, la enfermedad se extendió a lo largo de un año. 
   
25 de septiembre de 1865

El mal en los niños comenzó a ser notorio; estando dormidos comenzaban agitarse y golpeaban la base de su cama  y muebles con una increíble fuerza. Su terrible estado continuaba en un estado catatónico que parecían cadáveres. Cuando se les hablaba solo respondían con convulsiones. 
   En sus pequeños cuerpos se manifestaba la fuerza que los poseía a través de sus vientres que se inflamaban, parecía como si algo debajo de su piel se desplazaba con facilidad.

El Amo
   Poco a poco el Mal se apoderó de los pequeños Bürner, primero con Thiubault que refería tener pesadillas donde un ser aparecía y lo atacaba. Lo describía como una criatura con cabeza áñade, uñas de gato, pezuñas de caballo y su cuerpo, similar al de un humano, estaba cubierto de plumas. De acuerdo con el testimonio del menor, este ente volaba encima de su cama y lo atacaba, intentaba ahorcarlo y él respondía a sus agresiones, por lo que se veía, dormido, como atacando a algo.
   Este "Fantasma" solía visitarlo en sueños tanto de día como de noche y el pequeño se refería a él como "su Amo". 
   Quizás algunos indiquen que se trataba de alucinaciones febriles cuando se encontraba "enfermo" pero hay evidencia de la demoníaca aparición: 
     Durante sus ataques con su "Amo" y él respondía a las agresiones, en sus manos aparecían plumas de procedencia desconocida y emitían un fétido hedor, además de presentar signos de haber sido rozada con alguna flama. De este acontecimiento hubo muchos testigos, incluso personas incrédulas que terminaban aterrorizadas ante tal evento. 

Fenómenos Diabólicos
La familia Bürner se veían impotentes al desconocer cómo ayudar a sus hijos quienes eran víctimas de ataques sobrenaturales. Cuando los hermanos tomaban asiento, una fuerza invisible los empujaba de su lugar hasta el grado en que levitaban aún estando arriba de las sillas y eran arrojados con violencia hacia un extremo y la silla en sentido opuesto.
    Thiubault se quejaba de que no podía escuchar en un oído desde que empezó con los padecimientos, incluso se podía provocar un sonido estruendoso y no escucharlo de ese lado del oído.
   Otros de los eventos sobrenaturales eran cuando los hermanos reportaban manifestar una extraña picazón en su piel, cuando alguno de los padres los asistía y levantaban sus vestimentas dejando caer plumas y en otras ocasiones algas, a parte sus cuerpos se inflamaban de forma extraña. Los Burner no se explicaban esta situación y se repetía. 
   
Lo Profano
Al parecer los hermanos Bürner presentaban signos de Posesión Diabólica: mostraban aberración a las representaciones divinas, expresaban una lengua ajena a su idioma, proferían blasfemias y aullaban con frenesí ante cualquier oración católica. En una ocasión, los hermanos Burner aullaban y gritaban con tal intensidad que el señor Burner exclamó: "¡Griten más fuerte en el nombre de Dios!" solo mencionando a Dios dejaron de hacerlo.
   La casa era un centro de atracción de la comunidad, la mayoría de los habitantes escuchaban los rumores sobre lo que ocurría en el hogar de los Bürner. Acudían por cuenta propia y atestiguaban el horror que encerraba en sus paredes. Los pequeños se sacudían, gritaban, se convulsionaban y maldecían a Dios. Había algunos que se retiraban tras ser presa  del miedo mientras que otros permanecían más tiempo contemplando. Los rumores llegaron hasta otras localidades que venían a visitar a los Burner solo para confirmar el espantoso acontecimiento. 
  
La Anciana y la manzana
Como es común en este tipo de casos, se suelen construir ciertos rumores que se afirman como veraces, entre ellos el que una misteriosa anciana había dado a los niños una manzana y a partir de ese suceso inició el mal con los menores. Pero esta versión carece de pruebas, solo se mantenía como rumor pero ya cualquier explicación era buena para que los padres pudieran comprender lo que ocurría a sus hijos. Hasta que finalmente el párroco de Illfurt, el reverendo Carlos Brey, tuvo conocimiento de lo que pasaba con los Bürner. Se compadeció de la familia y avisó a la autoridad Episcopal que se encargó de asignar a tres sacerdotes para investigar el caso: Lacheman, Martinot y Souquat. 
   El reverendo contaba con el apoyo del señor alcalde Tresch. 

Conjurando al Demonio
En el interrogatorio, el padre Souquat, por medio del ritual católico, conjuró a los demonios que habitaban en los niños y exigió saber sus nombres. Al principio los entes se resistían a responder y en cambio se burlaba o desviaba el tema, hasta que el demonio que poseía a Thiubault respondió que su identidad era Orobas, demonio que provocoba la hemiacusia al niño ya que supuestamente este ser está sordo. De acuerdo con el Diccionario del Infierno, corresponde a un demonio que tiene a su cargo a veinte espirítus diabólicos, además tenía el puesto de Gran Príncipe del Infierno. 
   Pero durante el interrogatorio, el demonio aseguraba que tenía a su cago a 71 legiones. Mientras que el ente que habitaba en Joseph solo pronunció ser Solalethiel; estaba la sospecha de que había otra entidad infernal en el pequeño. Los poseídos recurrían a una jerga para referirse a términos religiosos, sustituyendo sacerdotes por "ensotanados" o comunión por "tragar". 
   Como parte de la investigación para reconocer la Posesión Demoníaca, los tres sacerdotes registraron hechos premonitorios en los hermanos Bürner. Por ejemplo, la autoridad Episcopal envío a dos monjas de Niederbronn a asistir a los pequeños por presentar padecimiento físico. Joseph le pidió a una de las monjas que le diera de beber "de la botellita azul que llevaba consigo", se trataba de una botella de etér que llevaba la monja en su baúl, pero el equipaje aún estaba en la estación; era imposible que el menor hubiera adivinado el material. Además Joseph y Thiubault adivinaron los nombres de los hermanos de las monjas. Además pordían exponer los pecados de las personas al revelar detalles intímos de ellos.
   Podía entablarse dialogo con ellos por medio de idiomas como inglés, francés, alemán de manera fluida y correcta. Por la clase social pobre que pertenecía la familia era todavía más incomprensible cómo eran capaces los hermanos de aprender a expresar dichos idiomas. 
   Los entes que poseían a los niños temían a otro ente aún más poderoso que a ellos, lo describían con cuerpo lleno de plumas, uñas de gato y pico de añáde. Se traba del demonio que visitaba en sueños a Theobald y al parecer ejercía poder en los aborrecibles espirítus.
    Como medidas para combatir a los infernales seres, arrojaban agua bendita provocando que los niños se convulsionaran y arrojaran espuma por la boca. Había ocasiones en que los curas rociaban gotas de agua bendita a los alimentos y de manera extraordinaria, los hermanos rechazaban los alimentos bendecidos sin que ellos en realidad supieran. Lo mismo sucedió con una vecina que puso agua bendita a los medicamentos y los entregó a la familia Bürner; el fenómeno volvió a suscitarse, nuevamente los hermanos adivinaron que el medicamento estaba bendito y acusaron a la familia de la vecina de quererlos envenenar. 
   Dejaban ocultos objetos benditos y ellos adivinaban en dónde estaban. 
   Los sacerdotes concluyeron que los entes demoníacos temían a las medallas de San Benito y las repeleaban en cuánto las veían. También a la Virgen María mostraban un terror incontenible y al mismo tiempo un respeto, se dirigían a ella como "Gran Señora". 
   En algunas ocasiones, los demonios expresaban su anhelo de conocer el Paraíso, pero el temor ante el espirítu infernal que los sometía rechazaba la idea. 
 
El testimonio del alcalde Tresch
El señor Tresch también estuvo presente en los rituales de exorismo e interrogatorios. Estaba convencido de que la posesión era real y participaba en la ayuda de los hermanos Bürner. Arrojaba agua bendita y hubo una ocasión en que acercó una medalla bendita a la oído inutilizado de Theobald, ordenaba al ente salir por aquel órgano pero éste se resistió exclamando que "No puedo, hay azufre, resina y pez". 
   

Con la intervención de los sacerdotes se registraron más eventos que confirmaban la posesión diabólica. Por ejemplo, un joven de la localidad de Illfurt asistió a contemplar lo que ocurría con los hermanos Bürner y uno de ellos le dijo la siguiente frase: "¡Aja, ja, ja! ¡Tú que sí has encontrado al momio! Tanto en la habitación, tanto en la cama, tanto en el desván!" El señor Alcalde pidió una explicación al joven, éste respondió que una tía había dejado herencia pero con el temor de que unos parientes ávaros se apoderaran del dinero, él tuvo la encomienda de ocultar el dinero. 
   Los diabólicos entes también tenían poder para manifestarse fuera de los cuerpos infantiles. Uno de los demonios presumió dejar un gran desastre a un vecino de Illfurt, al señor Stump. El pobre hombre refiere que fue víctima de un ataque demoníaco al ser arrojado con fuerza al suelo y ver cómo los muebles se voltearon y los cuadros se desprendieron. Stump se defendió del ataque usando un crucifijo y orando. Solo así el demonio lo dejó en paz.
   En la comunidad de Illfurt se realizó una procesión católica que generó tensión en ambos hermanos. No soportaban la actividad a pesar de que se hallaban en la casa de la alcaldía. La señora Werner, esposa del Gendarme, compró un figurín con la silueta de la procesió. La recortó y pegó en cartoncillo y se sostenía con palillos. Ungió agua bendita y pretendió regalarsélo a los hermanos Bürner. En cuanto lo tuvieron en sus manos, los chiquillos reacionaron con violencia tirando y pisoteando la figura. 
   Con esto se reforzó el testimonio de la claravidencia de los hermanos y se confirma la posesión diabólica. 
   
Exorcismo en Schiltigheim
Thiubault fue transferido al Orfanato de San Carlo, en Schiltigheim, una comuna francesa en la región de Alsacia donde sería atendido. Las tres primeras noches el chico estaba tranquilo, pero a la cuarta noche el demonio se manifestó a través del cuerpo del niño para reclamar su estadía en aquel lugar. 
   

Sostuvo diálogo con el alcalde Tresch y las monjas que lo cuidaban,  intercambiaba información sobre personajes importantes de la historia que se hallaban en el infierno, se refería especialmente a Lutero.
  Un día en que Thiubault estaba en sus cinco sentidos, acompañó a su madre al cementerio de la localidad y se mostró fascinado con un entierro protestante. Se aproximó y permaneció a lado del sacerdote hasta ver culminado la sepultura. Cuando Thiubault volvió al orfanato, de repente cambió el tono de su voz y aseguró que el hombre que fue enterrado se hallaba en el infierno. 
   Había un fenómeno curioso con la posesión de los hermanos: solo los domingos por la tarde no se manifestaban los demonios. Cuando volvían a los cuerpos, referían que asistían a las fiestas locales y corrompían a los jóvenes a beber en exceso. Además tentaban a los vecinos más devotos a comportarse cómo blasfemos que escupían palabras altisonantes después de haber comulgado. Los demonios disfrutaban al hacer esto, en especial predecir acontecimientos que aún no ocurrían y cuando se daba noticia del evento, la gente que ayudaba reaccionaba con sorpresa, como la muerte anunciada  de un joven que falleció dentro de un establecimiento por un ataque de apoplejía después de haber bailado, entre otras muertes que predijeron. 
   El 3 de septiembre de 1869 se autorizó el exorcismo y se realizó en presencia de otros sacerdotes, las monjas que auxiliaban a los hermanos y la señora Bürner. Durante el ritual, Thiubault actuaba con mayor violencia y al parecer la oración Memorare (oración de la Virgen María como intercesora) funcionaba para disminuir la fuerza del demonio. Fue necesario la fuerza de cuatro hombres para contener a Thiubault que reaccionaba con furia y aventando espuma por la boca. 
   Fue necesario interrumpir el ritual al comprender el estado de salud del niño y al día siguinte se reanuda el exorcismo en la habitación donde se hospedada al menor. Afortunadamente hubo éxito en el ritual y Thiubault fue librado de la dominación demoníaca, fue transferido de vuelta a su hogar, en Illfurt. Sin embargo, el hermano menor Joseph continuaba bajo la influencia. Fue trasladado a la antigua Iglesia de Burnkick en la fecha 27 de octubre de 1869. 
   El Padre Brey fue quien realizó el exorcismo de Joseph; teniendo pleno conocimento de que la Virgen María era una de las representaciones divinas que atemorizaba al demonio, decide recurrir, mediante oración, a ella para la liberación del menor. 
    Después de haber exorcizado a Joseph, el Padre Brey solicitó una colecta para erigir una estatua de oro a la Virgen María, fuera de la Iglesia de Burnkick con la siguiente frase: "En Memoria de la liberación  de los dos poseídos Thiubault y Joseph, obtenida por la intercesión de María, Virgen Inmaculada en su concepción. El año del señor 1869". 



   A continuación se reproducirá el diálogo entre las monjas y el demonio que poseía al hermano mayor: 
  "¡Soy el príncipe de las tinieblas!" (Thiubault)
  "¿Dónde está tu morada? ¿En el infierno?" (Monja)
  "¡Sí, en el Infierno!"
  "¿No querrías ir al Cielo?"
  "¡Miguel, el asqueroso, Miguel con su espada!"
  "¿Qué harías para poder ir de nuevo al Cielo?
 "Me arrastraría durante miles de años sobre puntas de agujas; me deslizaría sobre navajas afiladísimas"
     
  

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