Reseña de Hellraiser


La configuración de los lamentos ha vuelto para conceder deseos más allás de los límites del placer y con ello los cenobitas. La nueva versión es dirigida por David Bruckner y en producción Clive Barker.
Mas que un remake, que consistiría en repetir la trama pero adaptada a nuestra época, se trata de un reinicio donde se cuenta una nueva historia, sin dejar de lado algunos componentes primordiales. 
Riley es una joven con problemas de adicción que al intentar ganarse la vida, su novio la convence de robar un cofre, perteneciente a un millonario. En su interior aguarda una misteriosa caja similar al cubo de rubrick, que en realidad llama a unos seres conocidos como Cenobitas. Demonios para unos, ángeles para otros.
La historia da un giro para centrarse en un grupo de jóvenes tratando de resolver el misterio que aguarda la caja, alejándose  de la trama original que se trataba del goce sexual que y de la disposición a la que una persona puede someterse con tal de experimentar. Aunque de todas maneras la idea de usar al otro como un objeto esto ocurre en esta nueva versión no es tan desarrollada. La ausencia de los No-muertos hace que la trama se vuelva simple y no tan compleja como la anterior. 
Sin embargo existen algunos cambios en la historia que la hacen atractiva, una de ellas es la caja de Lemanchard. Cada vez que es manipulada sufre un cambio en su diseño pero al no tener cuidado, una hoja de acero puede perforar a la víctima. La sangre atrae a los cenobitas que solo pueden ser presencial a los ojos del invocante. La caja en esta nueva versión cumple con objetivos más allá de llamar a los cenobitas, cada configuración guarda una función de deseo. 
Los cenobitas son los personajes que se llevan toda la atención del espectador, pues tenemos criaturas diseñadas con efectos de maquillaje, lo que se agradece en una época donde todo es GCI y su diseño realmente es atractivo y aterrador. 
En esta ocasión tenemos un nuevo Líder de los cenobitas que nosotros conocíamos simplemente como Pinhead. Algunas personas generó el desconcierto y descontento de que ahora es mujer. Sin embargo los seguidores de la saga conocen a la perfección que el primer pinhead fue mujer y se describe en la novela. Por lo que esto plantea que el reboot contiene algunas ideas de la novela:los cenobitas en realidad carecen de género sexual y se nombra el título real que es el Sacerdote y no Pinhead ya que este seudónimo no lo usó Barker sino los de producción. 
Los cenobitas carecen de traje de cuero lo que nos permite ver todo su cuerpo es todo monumento dedicado al sadismo. 
El papel del sacerdote no está alejado del Pinhead original, incluso me atrevo a decir es el mismo, pues como antagonista solo sigue las ordenes de Leviatan y al de la caja de Lemanchard, por lo que no se puede decir que se trata de un villano como tal, pues solo cumple con su función asignada por Leviatan. Vemos nuevamente a ese Pinhead tan filosófico y lógico, expresando diálogos interesantes. Definitivamente el Sacerdote es el. El verdadero enemigo es la falta de límites de los deseos de poder y lo veremos representado en un personaje. 
El Sacerdote es alguien a quien no se le puede engañar, mucho menos hacer enojar porque el poder que vemos en la película es solo un fragmento de sus capacidades. No es el único, veremos como otros cenobitas también tienen poderes capaces de destruir a un ser humano con facilidad, lo que conlleva a tener un temor que sobrepasa al tratar criaturas supremas al mortal. 
En cuanto a efectos especiales, honestamente están limitados al igual que el gore, hay escenas que sólo sugieren y en cambio hay otras donde nos muestran de lo que son capaces los cenobitas para torturar. No es solo matar, se trata de prolongar y extender los umbrales del dolor. 
Como reboot funciona al introducir al nuevo líder de los cenobitas y las funciones extras que posee la caja, que nos arrastrará de nuevo al Infierno, experimentar placeres más allá de la razón. 
Una película disfrutable sin la necesidad de repetir la misma trama


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