Visitar este lugar es como remontarse a un escenario que inspira los sentimientos más abrumadores, desoladores y sobre todo inquietud. Los juegos para niños, actualmente de un aspecto descuidado, contribuye a generar este estado de ánimo, pero sobre todo las terribles historias que se cuentan acerca del Lago Shawnee.
Sobre estas tierras se ha sembrado una maldición que ha crecido con el paso del tiempo y aún se escucha en bocas de los habitantes cercanos. El antiguo parque del Lago Shawnee se halla al norte de la ciudad de Kegley, en Virginia Occidental, en Estados Unidos.
Fue en 1926 cuando se decidió construir un parque en este sitio, destinado a los hijos de los mineros. Conley T. Snidow fue el encargado de construir una serie de juegos infantiles, como una noria, columpios y un estanque para nadar. Según se cuenta, las tragedias ocurrieron una tras otra. Primero, una niña falleció en los columpios, mientras que otra murió ahogada en el estanque. Si eso no fue suficiente, seis muertes accidentales sucedieron en el mismo parque. En 1966 el parque quedó en absoluto abandono. Solo los juegos mecánicos quedaron como evidencia de un pasado inocente, pero trágico.
En la actualidad, cuando uno recorre aquella región del lago aún se pueden apreciar vestigios de la noria detenida por pesadas enredaderas, como si la misma naturaleza consumiera los inventos humanos y estos no fueran nada comparados con la fuerza del bosque. Los columpios aún permanecen colgados de cadenas oxidadas y sus asientos no son mas que tablas podridas, algunas están quebradas y otras en su lugar. El paisaje es algo desolador y llega a transmitir una tristeza inexplicable.
Tiene nuevo dueño el cual se encarga de organizar recorridos y guiar a las personas en la noche, mostrando los juegos mecánicos. Él asegura que, cuando el sol se oculta, a veces se puede escuchar las risas de niños divirtiéndose con los oxidados juegos, columpios que se mueven siendo que no están en funcionamiento desde hace dos siglos.
¿Por qué el parque no ha sido remodelado el parque? Para evitar más accidentes mortales, puede que uno piense en eso, sin embargo hay una explicación que aparentemente responde sobre las tragedias desatadas y se remonta en el pasado.
Para esto es necesario retroceder mucho antes de la inauguración del parque, en el siglo XVIII. En el año de 1783, cuando era conocida como el condado de Mercer. En aquella región existió una tribu de nativos americanos llamados Shawnee. Sin embargo, una familia europea de nombre Clay se asentó en el terreno donde yacían sepultados los ancestros de los nativos, violentando la tranquilidad de los indígenas. Ellos no estaban de acuerdo con la llegada de los Clay y sobre todo el hecho de que invadieran el cementerio, al que la familia Clay nombró como propiedad "Cloverbottom".
La situación derivó en un conflicto mortal, pues los Clay y los nativos se habían amenazado de muerte. Mitchel había enviado a sus hijos a proteger con una cerca los granos reunidos en la cosecha. Cuando el padre de familia fue de cacercía, un grupo de once de los Shawnee llegó a la propiedad Cloverbottom y sin piedad mataron a Bartley Clay, uno de los hijos. Fue un disparo lo que arrebató su vida y puso en alerta a los demás hijos.
La señora Phoebe Clay fue testigo de cómo Tabitha, su hija, luchaba a muerte con uno de los indios que alcanzó a matarla y arrancarle el cuero cabelludo. La mujer solicitó ayuda de un vecino, pero éste no pudo y solo respondió en búsqueda de más gente para ayudar a los Clay.
Mitchel descubrió los cuerpos sin vida de dos de sus hijos, mientras que su hijo Ezekial fue capturado por los Shawnee. Reunió gente y apoyado se dirigió al campamento de los nativos. Se desató una encarnizada lucha entre los indígenas y los colonos, mucha sangre había corrido sobre todo la de los Shawnee.
El señor Clay se percató que en el campamento no estaba Ezekial y cuando fue por él, había sido demasiado tarde. El adolescente de 16 años fue incinerado vivo en una hoguera.
Esto fue uno de los episodios violentos y sanguinarios que aún se cuenta entre los pobladores de Mercer. Los habitantes refieren que la masacre de los Shawnee fue el detonante de la maldición en el parque, pues en sus tierras corrió sangre humana y aún se sigue cobrando vidas de inocentes que solo habían acudido al parque a divertirse.
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