Un grupo
de una amplia sala casi a oscuras y ninguno puede evitar que la sugestión de la
noche y las sombras los invite a contar historias de terror. Es un impulso
antiguo, algo que los devuelve a una época primitiva, cuando sus antepasados se
reunían alrededor de una fogata, dentro de una fogata, dentro de una cueva para
protegerse del frío y las bestias, e inventaban mitos y dioses para ayudarse a
explicar un mundo misterioso. Este relato de Alejandro Dumas se anticipa a una
vasta colección de relatos góticos. En sí mismo contiene todos los ingredientes
del cuento de terror clásico: un enamorado muerto que comercia con el demonio,
una mujer que incita al misterio y un desenlace onírico.
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