Los Muertos Quieren Vivir, análisis de "La Noche de los Muertos Vivientes"


"Sabemos que los muertos son poderosos señores; acaso nos asombre enterarnos de que se les considera enemigos" 
S. Freud, Tótem y Tabú (1913)

El cine de zombie es un ejemplo de cómo evoluciona el género de horror, en especial el subgénero de estos monstruos no-muertos pero tampoco no-vivos. Los inicios apunta a los zombies clásicos de Haíti, un hougan (brujo en la religión vudú) reanima un difunto con la finalidad de convertirlo en su esclavo capturando el alma del vivo, pues que mejor esclavo que aquel que carece de alma y voluntad propia para someterse a los deseos del "amo". 
  Cintas como "White Zombie" (1932) o "I walked with a zombie" (1943) nos muestran como los zombies eran en realidad el instrumento de destrucción de un villano que sólo los sometía empleando recursos mágicos. Poseía elementos de novela gótica, romance, enfrentamiento y derrota del villano y todos vivieron felices para siempre. 
   Hasta que en el año de 1968, un joven director de cine, George A. Romero, que, con un presupuesto muy bajo, muestra un nuevo zombie que se aleja de la figura de Haíti para traernos al monstruo contemporáneo con el que estamos familiarizados: un cadáver reanimado por agentes externos (químicos, experimentos, radiación, etc) que es antropofágo y convierte a otros en su misma condición. De esta figura, posteriormente, sería retomada en otras cintas que lo evolucionan a un "infectado" por algún virus en películas como "Resident evil", "28 días después", "Guerra Mundial Z". Muy independiente de la forma en cómo se convierte en zombie todos tienen algo en común con el zombie clásic, carecen de conciencia. 
    De acuerdo con la película "La Noche de los Muertos Vivientes", estos cadáveres andantes no tienen conciencia, ni voluntad. Los procesos  psicológicos como lenguaje, memoria, sentimientos, están ausentes y tenemos  a un ser que solo se guía por una necesidad básica que es el hambre, debe consumir carne humana. Sin embargo hay un detalle que me hizo replantear esto, ¿realmente los zombies se comen al vivo por hambre? A medida que la película avanzaba,  me preguntaba: si los zombies comen pero parecen no estar satisfechos, siguen comiendo... entonces, si no es por hambre, ¿por qué lo hacen? Recordé la frase que dice un zombie (así es, se trata de la primera película de zombies que hablan) en "El Retorno de los Muertos Vivientes" (1985): Para calmar el dolor de estar muertos. Y pensé, entonces los muertos vivientes desean estar vivos y para eso necesitan comer algo con vida. A final de cuentas, nosotros los vivos comemos cosas muertas para no morir y también podemos comer sin tener hambre. Ya sé que son películas distintas, pero esta idea se confirma en la cuarta película "La Tierra de los Muertos" (2005) donde los zombies quieren ser como los vivos y tener su propio lugar en el mundo. 
   En fin, retomo la primera cinta de George A. Romero, aquella vieja versión de 1968, la primera película que revoluciona al zombie clásico. Lo distancia del estereotipo del esclavo manipulado mediante magia oscura, sino que ahora es reanimado por una fuerza externa que en la cinta comparte que es producto de la radiación emitida por un satélite que volvió a la tierra. No obedece a un humano, sino que se rebela ante los vivos, causando caos y destrucción en la sociedad. Es capaz de transformar a los vivos a su misma condición por medio de las mordidas y por supuesto nada lo detiene, ni una casa amurallada y es inmune a las armas, excepto destruir su cabeza que es el auténtico punto débil.
   El siguiente análisis de la película advierto que hay mucho texto y un chingo de texto, así que caliente palomitas o sírvase algo mientras lee esta siguiente Sesión Nocturna. 
    La película inicia con  dos hermanos, Barbara y John, que viajan al viejo cementerio, a las afueras de la ciudad, para visitar la tumba de su padre. Es evidente que John no quería ir al panteón y se lo reprocha a Barbara que lo obliga acompañarla y en cambio ella reclama por no seguir al pie de la letra el rito funerario. Más allá de cumplir los requisitos sociales del funeral, comprendemos porque lo lleva a cabo Barbara y no es simplemente por cumplimiento social, ella tiene miedo. Esto lo descubrimos cuando John se burla de ella al hacerle recordar que de niña tenía miedo ir al panteón. Ese temor pueril de que un muerto regrese no se ha extinguido y al contrario permanece con ella y se vuelve realidad cuando encuentran al primer muerto andante en el cementerio, pero aquella frase que dice su hermano "Ellos vienen por ti Barbara" se vuelve aún más real cuando el zombie de John viene por ella casi al final de la película. 
   Barbara logra huir mas no su hermano que fue asesinado por el zombie. Ella logra correr hacia una granja aislada donde se encontrará con más supervivientes: Ben, un joven afroamericano, una pareja conformada por Tom y Judith y la familia Cooper: Harry, el esposo, Helen la madre y Karen la hija menor. De esta manera nos percatamos que Barbara era solo un personaje que servía como hilo conductor para el protagonista que era Ben. 
    Todos ellos intentarán sobrevivir la noche encerrados en la casa. Por medio de los noticieros nos percatamos de algo aterrador: los muertos han vuelto a la vida y están atacando a los vivos. Se advierte que no hay tiempo para funerales, por lo tanto no hay tiempo para duelar a los difuntos, pues estos son el enemigo. Qué difícil y digo esto porque el duelo forma parte de la pérdida del ser amado, el problema es que el ser amado se ha vuelto un muerto viviente y no es tarea fácil destruirlo sobre todo por la relación que se ha tenido. El grupo planean la forma de escapar, al tiempo que el número de zombies incrementa.
    Retomando el miedo de Barbara, me hace recordar al temor primitivo de que el muerto vuelva a la vida, pero no me refiero solo a la infancia, sino también de los antiguos pueblos, los ancestros. Pienso en los pueblos preshispánicos, los griegos, los judíos, con la creencia de que el muerto puede volver del Más Allá si se trasgrede algún tabú, pues el mismo difunto es un tabú y puede condenar a los vivos. Ahí vemos a Barbara, obligar  a su hermano a llevarla al cementerio para visitar la tumba de su padre, en el mismo lugar donde su abuelo la aterrorizaba. Su hermano trasgrede la paz del lugar y termina pagando con su vida. Posteriormente Johnny vuelve por ella, a cumplir con ese temor pueril de que el difunto vendría por ella y por los vivos que se refugian en la casa. 
   Los zombis nos hacen recordar ese tabú y el miedo hacia los muertos, que para temerles es necesario darles vida, es decir se desea que estén vivos y ahora ellos pretenden estar con vida. Por eso generan miedo, porque es uno mismo quien desea hacerlos vivir y en la película se paga un precio muy alto por esto.
    George A. Romero nos muestra, a tráves de la película, que los zombie sólo son parte del conflicto, veremos actuar la naturaleza humana que ha estado reprimida durante mucho tiempo, la que se aleja de la ética y solo vela por intereses egoístas. Ben se encarga de proteger la primera planta de la casa y después se descubre que había más personas ocultas en el sótano, entre ellos Harry Cooper, un hombre que se niega a subir y prefiere estar en el piso inferior, lo que genera discusión entre ellos. Es evidente que el conflicto desatado pareciera que se derrumba toda frontera legal y los hombres retornan a un estado primitivo, gobernada por impulsos violentos: ambos luchan por un territorio, Ben por la casa y Cooper en el sótano. Todo aquello que se ha alcanzado por la cultura, como los derechos humanos, la igualdad, la Paz, se desaparece por la supervivencia al retornar a un estado primitivo.
    Romero expone no solo al monstruo del zombie, también al humano como monstruo. Ben y Cooper se odian mutuamente al grado de que se desean la muerte. Por ejemplo, Harry Cooper por un momento vacila en dejar afuera a Ben cuando sale junto con Tom y Judith por gasolina. Se resiste abrirle la puerta y después lo deja entrar. Después, vemos como de nuevo se enfrentan esta vez a muerte.
     Al tiempo que somos testigos de una de las escenas más aterradoras de la cinta: Karen Cooper se ha convertido en uno de los muertos vivientes y procede a matar a Helen, su madre. Se trata de una escena polémica, pues es matricidio ejecutado por la misma hija. La película pareciera que de manera constante nos trae de vuelta ese estado primitivo que en apariencia se había superado, y digo apariencia porque en realidad todo este tiempo se ha estado reservando durante mucho tiempo hasta que el caos es el pretexto perfecto para manifestar lo interno.
   Mientras tanto, los zombies han logrado invadir la casa. Cooper tenía razón todo este tiempo: la fortaleza no serviría por mucho tiempo y los zombies terminarían por entrar. Ben es el único sobreviviente pero no por mucho tiempo, pues un grupo armado lo confunde con un zombie, disparándole en la cabeza. Esta escena tiene una metalectura que algunos relacionan como un acto de racismo, pues el heróe es un afroamericano que no merece vivir y sobre todo por haber asesinado a un blanco... mientras que otros lo interpretan como una escena irónica, pues Ben sobrevivió a un infierno y de manera pesimista es asesinado accidentalmente, pues en el género de horror nos indica que sin importar haberse esforzado por sobrevivir, la realidad puede tener una respuesta distinta.
   El final, en apariencia se intenta recuperar el control que se había perdido
    A manera de conclusión, "La Noche de los Muertos Vivientes" nos remonta al temor primitivo hacia los muertos, al deseo de retornarlos a la vida para después temerles por las acciones y deseos que se les tenía en vida, usualmente hostiles. Los muertos viven y desean estar vivos, por eso se comen al vivo, lo incorporan; mientras que el caos generado conlleva a que los vivos retornen a un estado primitivo. La cultura obtenida, la ética, la igualdad, la paz, se desvanecen de manera temporal para dar paso a los impulsos más violentos y destructivos. Los zombies no son el único monstruo, también el vivo que deja de estar vivo y muestra su lado más brutal, animalezco que no ha extinguido con la educación, sólo se ha mantenido reservado mucho tiempo.

Comentarios